"Hoy lunes es el día que menos trabajo tenemos de la semana para los 'esmorzars'". Quien habla es Raúl Huet, gerente del bar Poliesportiu de Simat de la Valldigna. Atiende a este periódico por teléfono para concretar una entrevista después de ser premiado con uno de los Cacau d'Or por la iniciativa Cultura del Almuerzo. Veinte minutos después, ya en el propio local, ubicado, como su propio nombre indica, en el recinto deportivo de la localidad de la Valldigna, la situación cambia. "Ha sido colgar el teléfono para hablar con vosotros y empezar a llenarse el bar", señala.

Raúl no deja de atender mesas, sentar clientes y pasar los pedidos a la cocina que pilota su mujer, Marina Clemente, parte indispensable de este éxito. El móvil suena varias veces mientras intenta explicar el secreto por el que el bar de un polideportivo se ha colado entre los mejores de la Comunitat Valenciana en la cultura del 'esmorzar'. Quienes llaman son clientes que, solo dos días después de haber recibido el premio, quieren peregrinar hasta la localidad vallera para probar los bocadillos que ofrece el Poliesportiu en su carta. "Tengo sitio pero si es ya porque hoy lunes cierro a las 12". El resto de días, el bar abre de 9 a 21 horas y, además, de bocadillos de premio, también gestiona turnos de las pistas deportivas y vende esnacs para la chavalería que acude diariamente al recinto deportivo.

Raúl Huet y Marina Clemente, propietarios del bar Polesportiu, con los dos premios logrados este año T.Á.C.

La estrella es el producto. Los bocadillos se elaboran al cien por cien con género que adquiere a proveedores locales. "El figatell es de Simat y tiene el reconocimiento como mejor del mundo", señala Huet en conversación con este periódico.

Pero, además, hay otra clave: "trabajar día a día con alegría y muchas ganas", señala. "El servicio es rápido y los clientes consideran que les atendemos con amabilidad". Otro de los atractivos es que, sentado en cualquiera de sus mesas, hay unas vistas espectaculares del monasterio de Santa Maria de la Valldigna, ubicado justo al lado del recinto deportivo, y de todo el valle.

Esto no es fruto de la casualidad, ya que la hostelería es algo que Huet lleva en la sangre. "Mi madre siempre ha tenido bar y yo lo llevo dentro desde pequeño". No cuenta con formación específica y su escuela son los años que lleva en el negocio y el día a día. Eso es lo que le ha permitido, por ejemplo, innovar en "cremaets", uno de los elementos que forman parte de la cultura de los "esmorzars". De hecho, el Poliesportiu es el primer ganador del concurso Fiescrem que organizó el pasado mes de junio el Ayuntamiento de Xeraco, por lo que puede presumir de haber logrado este mismo año un 'doblete' en Cultura de l'Esmorzar. En el local, Raúl y Marina lucen orgullosos el trofeo, donde ahora tiene también cerca el "Cacau d'Or". Hasta cuatro especialidades diferentes de 'cremaet' pueden probar los clientes de este bar. "Y ahora estamos a punto de sacar otra", explica el propietario.

Marina Clemente sirve los bocadillos a una pareja de Tavernes T. Á. C.

Convertirse en uno de los templos valencianos del 'esmorzar' supone un premio al trabajo y las ganas de mejorar el negocio y la recompensa es una visibilidad brutal, como lo demuestra el hecho de que la mayoría de las mesas que este lunes degustaban los bocadillos en el Poliesportiu de Simat acudían llamados por el premio.

Es el caso de Juanvi Verdú e Inma Gómez. La pareja es de Tavernes "y hoy que teníamos los dos día libre hemos aprovechado para venir aquí a almozar cuando nos hemos enterado de que le habían dado el 'cacau d'or'". Habla Inma, que explica que, aunque vive en la localidad vecina, ella es natural de Simat. "Conozco a Raúl desde hace muchos años y hacía tiempo que no le veía. Ya queríamos venir el verano pasado cuando ganó el cremaet y esta vez sí que hemos aprovechado", indicaba.

La familia de Andrés Soldevila Alonso se desplazaba desde Cullera expresamente para probar los bocadillos del nuevo 'cacau d'or'. "La verdad es que se come muy bien", indicaba. La familia ejemplifica a la perfección lo que es la Ruta dels Esmorzars, puesto que suelen peregrinar a locales que reciben el reconocimiento. De hecho, señala que "hace un par de meses ya vinimos mi mujer y yo aquí al Poliesportiu de Simat cuando le dieron el premio del 'cremaet' y ahora hemos venido con los hijos", indicaba.

En la mesa de al lado, cuatro chicos muy jóvenes se toman ya el café. Habla en nombre de todos ellos, Blai Climet. Son estudiantes del IES Valldigna, vecinos de Simat, y aprovechan el tiempo de recreo para regresar a su pueblo a comerse el bocata y regresar de nuevo a clase. "Venimos a veces aquí, algunos domingos, porque hacen fútbol y tal pero hoy teníamos que venir porque ha ganado el premio", señalaba. El joven apunta que el bar Poliesportiu "en relación calidad precio es buenísimo".