Dos espigones y 823.000 m3 de arena devolverán la Goleta a como estaba en 1957

El proyecto que ha presentado Costas incluye la ampliación del brazo del primer canal de la playa de Tavernes y la construcción de otro al sur de Cullera 

Se prevé una inversión próxima a los 20 millones y la reposición del cordón dunar

Una actuación de reposición de arena en la zona de la Goleta de Tavernes

Una actuación de reposición de arena en la zona de la Goleta de Tavernes / T.Á.C.

La Dirección General de la Costa y el Mar, organismo dependiente del Ministerio de Transición Ecológica y conocido simplemente como Costas, ha sacado a exposición pública el proyecto con el que pretende acabar con la brutal regresión que sufre la playa de la Goleta, al norte del litoral de Tavernes de la Valldigna, y la del Brosquil, situada más al norte de la costa de Cullera. El objetivo es, ni más ni menos, que devolverla a la situación en la que se encontraba en el año 1957, según se puede leer en el propio documento, para lo cual se necesitará una inversión de más de 19 millones de euros.

Eso significa que, una vez finalizada la actuación, este tramo de litoral dispondrá de un ancho mínimo de hasta 50 metros "siempre", según se lee en el documento, es decir, unas cinco veces más de la que hay ahora mismo.

El proyecto, en concreto, aboga por una solución que tiene tres patas. La primera es la construcción de dos espigones, uno en Cullera y otro en Tavernes, que hagan las veces de barrera para evitar el tránsito de la arena. En el caso del de la playa vallera será una prolongación del que actualmente delimita lo que en el municipio se conoce como el primer canal, ubicado en el sur de la Goleta y que marca el límite entre esta zona de costa y la playa urbana de Tavernes.

La prolongación de este espigón tendrá 35 metros de longitud y cinco metros de ancho con una cota de entre dos metros por debajo del nivel del mar y dos y medio por encima. La función de esta infraestructura es la de servir de apoyo a la nueva extensión de playa que se generará con la posterior reposición de arena. En ese sentido, los redactores del proyecto reconocen el espigón servirá de barrera para el transporte de sedimentos hacia el sur, es decir, la playa urbana de Tavernes que tampoco es que esté sobrada de arena, para lo cual proponen como solución la ejecución de "by-pass" periódicos.

El espigón de Cullera tendrá las mismas características constructivas, aunque una longitud de 60 metros, ya que se construirá nuevo y no será una extensión como en el caso del de Tavernes.

La segunda de las actuaciones que contempla el proyecto pasa por el vertido de más de 823.000 metros cúbicos de arena en todo el tramo. Este material se extraerá del yacimiento de Cullera, ubicado a 25 kilómetros del puerto de Valencia, a una profundidad de 85 metros.

En tercer lugar se llevará a cabo una regeneración del cordón dunar mediante la colocación de captadores, un sistema que permite retener la arena, en aquellas zonas donde se encuentra más degradado. Además se crearán nuevos espacios dunares y el proyecto incluye la eliminación de especies exóticas y la plantación de vegetales autóctonos.

Todo esto tendrá un coste estimado de 19,2 millones de euros y el plazo de ejecución sería de unos 10 meses según se apunta en el propio proyecto.