Paciencia, oscuridad y suerte para descubrir las perseidas

El principal consejo para disfrutar de la lluvia de estrellas es alejarse cuanto sea posible de los grandes núcleos urbanos, para evitar la contaminación lumínica

Este fin de semana las lágrimas de San Lorenzo pueden alcanzar su máxima intensidad

Lluvia de  perseidas

Lluvia de perseidas / Pedro Puente Hoyos/EFE

La madrugada del sábado al domingo parece la perfecta para disfrutar de las perseidas o las también conocidas como «lágrimas de San Lorenzo». Cada verano, las expectativas son altas y no siempre se cumplen pero... ¿y si este año no es así? ¿y si 2023 es el bueno para disfrutar de unas «lágrimas de San Lorenzo» históricas?

Así se denomina a la lluvia de estrellas que se repite cada verano, en concreto entre el 16 de julio y el 24 de agosto. No obstante, siempre hay unos días señalados: en este caso, es en las madrugadas de este fin de semana en las que se espera una la lluvia de meteoros —como se denomina científicamente este fenómeno astronómico— más intensa.

Por una parte, porque se podrían llegar a ver hasta 100 meteoros por hora; y, por otra, porque la luna estará creciente (no llena) y no molestará ni iluminará en exceso, lo que facilitará que se pueda ver mayor cantidad.

A lo largo del año se dan cientos de lluvias de meteoros. Unas 50 son de cierta importancia y tres son destacables. Se trata de las Oriónidas y Leónidas, en noviembre, y las de estos días, las Lágrimas de San Lorenzo, que toman su nombre por el santo del 10 de agosto.

También se les llama perseidas, pues para observarlas hay que mirar al noreste, buscar la constelación Casiopoea (en forma de W), al otro lado de la estrella polar, debajo de Perseo y opuesta a la osa mayor. 

Los restos de polvo del cometa Swift-Tuttle se queman al entrar a la atmósfera terrestre y dejan un destello

Pero, ¿por qué ‘caen’ las estrellas? Lo que se ve mirando al cielo son, realmente, los restos de polvo del cometa Swift-Tuttle, cuando la tierra pasa por esa zona cada 365 días.

Se trata de partículas no más grandes que un grano de arena generalmente y, como mucho, pueden ser un grano de arroz. Estas son absorbidas por la atmósfera, donde se queman y dejan un destello luminoso.

Así lo explica Jordi Cornelles, presidente de la Asociación Valenciana de Astronomía (AVA), que apunta que se trata de un «suspiro, visto y no visto» y que no se puede prever «qué recogerá la tierra en su órbita este año». 

Para tener más posibilidades de observación, Cornelles da un consejo fundamental: alejarse lo máximo posible de las grandes e iluminadas ciudades, por lo menos 50 o 60 km de los núcleos poblacionales, ya que «el cielo oscuro es importante». Lo ideal sería entrar 80 o 100 km hacia el interior de Valencia.

Lluvia de  perseidas.

Lluvia de perseidas. / Pedro Puente Hoyos/EFE

Según apunta, buena parte del territorio de la Comunitat Valenciana cuenta con condiciones favorables para ver la lluvia de estrellas. Es el caso de la Mancomunidad del Alto Turia (donde la Asociación Valenciana de Astronomía tiene el observatorio), en La Serranía, o la zona denominada Tierra Bobal (Requena, Villagordo del Cabriel, Venta del Moro, Fuenterrobles...) que son DestinosTurísticos Starlight.

Además, también hay buena visibilidad del cielo nocturno en el Valle de Ayora, la Canal de Navarrés, el Maestrat o els Ports, y el Rincón de Ademuz. «Estos territorios más oscurospermiten disfrutar del espectáculo de forma idónea», apunta el experto.

La hora más indicada es a partir de las 2:00 h de la madrugada y hay que echar la vista hacia el noreste

No obstante, Cornelles afirma que no es necesario ir lejos para poder alzar la vista al cielo y ver una perseida. Lo más importante es alejarse de farolas y puntos de luz, por lo que las playas de las ciudades o los campos también pueden ser buenas ubicaciones. «Lo importante es que, debajo de la zona en la que mires, no tengas un gran foco de luz», apunta.

«Si no hay más remedio, también se puede subir a la terraza o bajar a un parque sin mucha contaminación lumínica e intentar ver las más brillantes». En cuanto a las horas, más avanzada la noche, más probabilidades habrá. Lo ideal es «a partir de las 2:00 o las 3:00 horas». 

Tumbona, repelente y chaqueta

Si se mira en la dirección adecuada, las perseidas deben verse a simple vista, con el ojo desnudo. «Hay que echarse en una tumbona, hamaca, toalla o esterilla, relajarse y ver el cielo tranquilamente», añade Cornelles, que también aconseja «llevar repelente antimosquitos, agua y una chaquetita».

Explica, además, que hay que fijarse bien: «La gente no está acostumbrada a observar y algunas son muy débiles y de luminosidad baja», avisa.

Aunque hay excepciones como las Leónidas en 1999, «no hay que esperar una tempestad de estrellas, porque no se suele producir». «Lo normal es ver una o dos docenas y se puede tardar varios minutos en ver una», indica.

A pesar de que hay episodios de lluvias de estrellas como esta durante todo el año, las perseidas son las más esperadas, pues las condiciones y las vacaciones acompañan. «Es verano, hay buena temperatura y es más fácil estar tumbado varias horas al aire libre», reseña. Desde la Asociación Valenciana de Astronomía también aconsejan aprovechar este evento para disfrutar de la Vía Láctea.