Convivencia

Compañeros de piso: entre el cielo y el infierno

Los problemas de convivencia más habituales están relacionados con la limpieza, pero hay algunos que van más allá: robos, rayazos en el coche y saltos desde tu ventana

El desorden es una de las causas de más discusiones en la convivencia.

El desorden es una de las causas de más discusiones en la convivencia. / ADRIANA QUESADA

Adriana Quesada

Compartir piso en una ciudad universitaria como lo es Santiago es algo habitual para que los estudiantes puedan pagar su estancia durante los meses que duran las clases. Sin embargo, a pesar de que es normal pensar que la selección de un compañero de piso no es algo tan importante, es necesario tener en cuenta que es una persona con la que vas a convivir en un espacio privado –como es tu vivienda– durante varios meses y que puede afectar de forma directa a tu vida personal.

No son pocas las experiencias de personas que han compartido piso, con conocidos o desconocidos, y que se han encontrado con situaciones de caos o, directamente, esperpénticas. Hace unos días, la usuaria de X (antes Twitter) @paulaalemos_, estudiante en Santiago, abría hilo para contar cómo se había encontrado con una persona con la que, desde un inicio, sus compañeros y ella ya habían “notado cosas raras”.

Según su testimonio, cuando su mejor amiga se quedó unos días con ella en el piso, “le desapareció la tarjeta de crédito por casa”, algo a lo que no le dieron mucha importancia ya que parecía ser a causa de un despiste. Sin embargo, al día siguiente, la madre de su amiga la llamó para notificarle que iba a denunciar a la gente del piso ya que, aunque la tarjeta estaba desaparecida, “había gastos en el súpermercado de enfrente al piso, en una papelería cercana y en el local al que habían salido esa noche” acompañadas por su compañera.

Cuando habló del tema con otra de las personas con las que convivía, esta le contó que su compañera de trabajo también había perdido la tarjeta de crédito después de estar en su piso y le habían llegado cargos de varias tiendas de ropa. Por lo que todo indicaba que la chica con la que estaban viviendo se dedicaba a robar tarjetas con las que poder costear todos sus caprichos. 

Vivir en un vertedero

“suciedad”

“Un día llegué temprano de clase y me encontré con ellos lavando al perro. Con toda la naturalidad, cogieron mi toalla para secarlo y sabe dios cuánto tiempo estuvieron haciendo eso hasta que me di cuenta”, relata. Fue así como terminó metiendo todas sus cosas dentro de su habitación para evitar que ellos pudieran usarlas.

El caso de E. es un poco distinto, ya que vivía con una persona que usaba la cocina durante horas pero solo limpiaba sus platos. “Estaba tanto tiempo dentro que una compañera tuvo que comprarse un camping gas para poder cocinar, él monopolizaba todo”, explica. Además, ella no usaba la cocina y siempre se encontraba todo sucio al volver, algo que también le pasó a la usuaria de TikTok, @uxiatr, mientras vivía con unos compañeros en su piso de Santiago: “Eran las únicas que cocinaban en casa y al terminar de comer debajan todo así –sucio– para que yo se lo fregase”. En el momento en el que E. y sus compañeros se quejaron de la situación, la persona con la que convivían se enfadó hasta el punto de querer tomar venganza: “De repente se lavaba los dientes en el fregadero y escupía sobre los platos sucios que, por cierto, no pensaba lavar”.

Los compañeros de piso tóxicos siguen una serie de pautas que facilitan su identificación.

Los compañeros de piso tóxicos siguen una serie de pautas que facilitan su identificación. / ADRIANA QUESADA

Parásitos

Otro de los problemas más comunes en la convivencia se da cuando uno de los compañeros tiene pareja y esta empieza a pasar demasiado tiempo en el piso. Algunos se quejan de que gasta y no pone dinero, mientras que otros se refieren a ellas directamente como “parásitos” porque viven allí, ensucian y no limpian.

Sin embargo, esto no es lo peor que te puede pasar. Hay momentos en el que los que la pareja de ese compañero de piso puede llegar a tal desentendimiento con el resto de las personas que viven en este que decide bajar al garaje y rayarles el coche con una llave: “Ella no pagaba nada del piso, pero eso no le impedía quejarse cada vez que podía. De repente, cuando discutíamos, el coche aparecía con rayazos de llave y, cuando teníamos el día en paz, al coche no le pasaba nada”, explica A.

Extrañas desapariciones

no le entraban ni los mensajes, pero nos fuimos a dormir pensando que al día siguiente ya estaría en casa

Sin embargo, no se sabe si es mejor que desaparezca un compañero de piso o, directamente, tu intimidad. Personas que entran en tu habitación en cualquier momento, sin que te des cuenta, para mirar entre tus cosas o para, en el caso de V., saltar por la ventana: “Era una chica que vivía en el piso con pensión completa, le hacían la comida y demás. Pero, a veces, se quedaba con hambre y no decía nada. La cocina no estaba en su piso sino que estaba en otro que quedaba cerrado por las noches y ella entraba en mi habitación para saltar por la ventana e intentar colarse dentro y comer”.