Baile como terapia para hacer frente al olvido

El alzhéimer y el resto de demencias, en la mayoría de casos, son sinónimo de tristeza, olvido y miedo. Sin embargo, la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer de València ha conseguido transformar, aunque sea por un período de tiempo, esta enfermedad en un punto de encuentro, baile y alegría a través de una iniciativa promovida por Dansa València.

Probablemente la mayoría de los usuarios de este centro de día situado en Benicalap hace tiempo que no sale a bailar, ya sea sólo o en compañía. Por eso, el patio de este centro se ha convertido durante los últimos cuatro jueves en una pista de baile improvisada bajo las órdenes de la bailarina y coreógrafa Juana Varela. Sin embargo, el encuentro de ayer fue mucho más especial, ya que acudieron los hijos e hijas de los trabajadores del centro para crear una sesión intergeneracional.

Durante los primeros minutos de la sesión, los treinta participantes realizaron un pequeño calentamiento, en el que la respiración se convirtió en protagonista. "A través de pautas sencillas, intentamos observar nuestros cuerpos en el espacio de manera individual", explicaba Varela.

Posteriormente, Varela pidió a cada uno de los presentes que creara un paso de baile. Aunque al principio muchos de ellos lo hicieron con timidez, las sonrisas y el movimiento se apoderaron del lugar en cuestión de minutos. "La danza les aporta una estimulación cognitiva de manera distinta y, por otra parte, una mayor autonomía a nivel físico, ya que se trabaja la coordinación y la interacción con otras personas", indicaba la directora del centro, Nuria Martínez, quien reconocía que, además, "a nivel emocional, supone una gran satisfacción y alegría porque es nuevo para ellos".

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Baile en pareja

Durante la sesión, los usuarios no sólo demostraron su talento individualmente, sino que también compartieron algunos pasos en pareja para construir, en palabras de la coreógrafa, "juntos el movimiento". Así, los asistentes prepararon una especie de coreografía en pareja, en la que cada uno de ellos indicaba al otro los pasos a seguir. "El punto de partida es el contacto, la improvisación y el juego", recalcaba la coreógrafa.

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En estas tres sesiones, los "bailarines" han compartido la experiencia junto a familiares, cuidadores e hijos de los trabajadores del centro. En la última sesión del taller, que se celebrará el próximo jueves, la iniciativa se construirá, en palabras de la instructora, "según los deseos e inquietudes de los participantes para aprender nuevos modos de hacer y expresar las inquietudes y deseos".

Espacio terapéutico

Varela reivindica la importancia del baile en este tipo de pacientes. "Se termina generando un espacio terapéutico, donde hay mucha creatividad", señala. Por ello, ha puesto en marcha el proyecto "Saludarte" para que, en sus palabras, "las personas puedan conectar con lo que pasa por dentro de sus cuerpos y situar esas sensaciones en relación con el ritmo que marca la sociedad actual". En este sentido, el objetivo es encontrar un lugar para experimentar a través de diferentes herramientas artísticas y en el que poder expresar que significa ser o estar enfermo.

El proyecto surgió tras una investigación artística en 2018. Indica: "Nace la necesidad de investigar directamente con personas afectadas por diversas patologías entrando en contacto con asociaciones en València, Burjassot y Villena". En este sentido, se puso en contacto con colectivos de Artritis Reumatoide (AVAAR), Fibromialgia (AFIVAN), Diabetes y Cáncer (APAC) o la asociación de Cáncer Carena, entre otros. Para la artista es importante reivindicar los problemas de salud a través del arte como posible lugar de transformación. "En la sociedad actual es importante poner la atención en analizar como las artes han sido y son instrumentos de transformación social", indica. Sin duda, los integrantes de AFAV demostraron la importancia del baile no sólo para hacer frente a la enfermedad, sino en su día a día. Sus rostros eran un reflejo de ello.

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