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Ató las manos de su víctima con el cinturón de un albornoz y le vendó los ojos con una camiseta para practicar juegos sexuales y, sin ninguna razón, cuando aquélla se quedó dormida, decidió acabar con su vida. El acusado de haber asesinado a su novio en Xàbia en julio de 2010 reconoció ayer en el juicio haber cometido el crimen, pero adujo que se le fue la cabeza tras una noche de alcohol y cocaína, sin saber por qué lo hizo. "Me vino a la cabeza que tenía que acabar con su vida", dijo. Bajó a la cocina y cogió un cuchillo, con el que le asestó una puñalada en el corazón. Su víctima, maniatada, sólo tuvo tiempo de gritar el nombre de su agresor y de darse la vuelta en la cama, momento en que recibió once puñaladas más.

Un jurado popular juzga desde ayer en la Audiencia Provincial este crimen cometido en Xàbia en julio de 2010 en el domicilio donde ambos convivían. El fiscal pide para Francisco Javier R. E. 18 años de prisión por asesinato, mientras que la acusación particular reclama 20 años. La defensa planteó que el acusado es una persona con problemas psiquiátricos y tendencias suicidas, y pidió que los hechos se consideren como homicidio con las atenuantes de trastorno mental transitorio, adicción a la droga y confesión.

Tanto la Fiscalía como la acusación particular, consideran que el procesado era consciente de lo que hacía y estaba en pleno uso de sus facultades mentales.

La vista no estuvo exenta de momentos de tensión, ya que acudieron las familias de procesado y víctima. Al llegar, el detenido a la Audiencia en el furgón policial algunos familiares le recibieron al grito de "asesino". Asimismo, cuando éste relataba al tribunal cómo acabó con su víctima, la madre tuvo que abandonar la sala al no poder reprimir las lágrimas.

Tres años de relación

Acusado y víctima llevaban tres años de relación sentimental y esa noche habían estado de copas. Según el acusado, consumieron cocaína, varias cervezas y chupitos de vodka, cazalla, tequila y cubatas. Francisco Javier R. E. fue respondiendo cuántas copas o gramos de cocaína habían consumido en cada sitio. Sin embargo, luego no recordaba otros detalles cómo el número de puñaladas o cómo se deshizo del cuchillo usado para cometer el crimen, datos que sí contestó en sus declaraciones anteriores. "No recuerdo hechos concretos, sólo me vienen imágenes de algunas cosas", alegó.

A pesar de que en su día dijo que el móvil del crimen fue una discusión por celos porque la víctima hablaba con otros hombres por internet, el acusado negó ayer estas afirmaciones y planteó que lo dijo porque no tenía ninguna explicación sobre por qué le mató. "En tres años nunca le hice nada y no tenía ningún motivo en ese momento tampoco", dijo.