Condenan a la trama que intentó comprar un hígado a personas necesitadas de València para un alcalde libanés

El millonario elude entrar en prisión al imponerle solo ocho meses de cárcel, al igual que su hijo, condenado a un año y medio. Los otros tres acusados deberán cumplir tres años de prisión

Los cinco acusados declararon en el juicio por tráfico ilegal de órganos.

Los cinco acusados declararon en el juicio por tráfico ilegal de órganos. / Ignacio Cabanes

I. Cabanes

La repetición del juicio por la trama de tráfico ilegal de órganos que intentó comprar un hígado para un adinerado alcalde libanés, con una enfermedad hepática, ofreciendo dinero y otros favores a personas necesitadas y con pocos recursos de València, se ha saldado con penas superiores a las dictadas en su día, aunque de nuevo el millonario receptor del órgano, Hatem Akkouche, eludirá ingresar en prisión al ser condenado a solo ocho meses de cárcel.

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de València ha condenado a penas de tres años de prisión a tres de los acusados por un delito de promoción, favorecimiento, o facilitación de trasplante ilegal de órganos humanos ajenos. Y al hijo del alcalde libanés por idéntico delito a una pena de un año y medio de cárcel.

Este caso de intento de compra de órganos humanos fue el primero que se detectó en España. Agentes del grupo de Homicidios de la Policía Nacional de València lo destaparon en 2014. A una de las posibles donantes, que finalmente fue rechazada, le llegaron a ofrecer 40.000 euros.

El Tribunal Supremo anuló la sentencia que imponía un año de prisión a Hatem Akkouche y dos años a otros tres acusados y ordenó repetir el juicio con un nuevo tribunal al reconocer la legitimación de la Organización Nacional de Trasplantes como perjudicada en la primera causa por tráfico ilegal órganos detectada en España.

Los hechos declarados probados se remontan a mediados de 2013 cuando el adinerado alcalde, residente en el Líbano y aquejado de una enfermedad hepática, trató de eludir a la muerte a golpe de talonario buscando un trozo de hígado sano entre donantes «especialmente vulnerables tanto por su procedencia como por su penuria económica». Hasta 40.000 euros llegaron a ofrecer presuntamente a una mujer. Los trasplantes no se realizaron al no autorizarlos las comisiones éticas de los diversos hospitales que dudaron del carácter gratuito y altruista de las ofertas de donación.

Según recoge la sentencia, el hijo del alcalde libanés (ambos condenados) se hizo pruebas en su país para ser donante de su padre, pero lo indicaron que su hígado era muy pequeño. Además renunció en ese momento a realizar la donación el entender "que comportaba un serio riesgo para su salud". Así lo reconoció él mismo que fue su madre quien le quitó la idea porque no quería poner en peligro a uno de sus hijos.

De esta forma optaron por otra vía y el millonario libanés decidió contactar con familiares suyos residentes en España para encontrar donantes. Dos sobrinos del Hatem Akkouche actuaron de enlace en España entre su tío enfermo y las personas reclutadas como posibles donantes. Además, para los gastos ocasionados de estas operaciones se valieron de una empresa de Novelda de uno de los sobrinos era el administrador único y el otro el apoderado, según se acredita en los hechos probados.

Miembros de esta trama se reunieron con personas sin recursos o en situación de necesidad económica para ofrecerles cantidades de dinero de hasta 40.000 euros u otro tipo de recompensas para que fueran donantes. Incluso llegaron a acompañar a algunas de esos potenciales donantes a una clínica de Valencia a fin de que se sometieran a diversas analíticas y pruebas, cuyos gastos fueron sufragados por la empresa de los sobrinos del empresario. 

Con uno de ellos llegaron más lejos y lo acompañaron a una clínica de Navarra y a un hospital de Barcelona, donde se hizo pasar por un “amigo de un amigo” que donaba su órgano de manera gratuita y altruista. No obstante, en ambos casos fue rechazado al no resultar creíble para los profesionales sanitarios su modo de proceder. 

Finalmente, al no hallar a personas que quisieran asumir el riesgo y fueran admitidas en el hospital barcelonés, fue el hijo del empresario, tras una nueva prueba, quien actuó como donante en una operación de trasplante legalizada el 26 de agosto de 2013.