Sisa más de 27.000 euros en un año en la clínica dental en la que trabajaba en Castellón

La auxiliar de clínica manipulaba los datos de la caja e incluso cobraba más caros algunos tratamientos para quedarse la diferencia

Imagen de una dentista revisando a un paciente

Imagen de una dentista revisando a un paciente / Europa Press

Marina Falcó

Marina Falcó

Fingir que el cobro por tarjeta no funcionaba y quedarse el efectivo, cobrar un precio superior por tratamientos y apropiarse de la diferencia o directamente, no registrar los servicios en el sistema de la clínica y meter el dinero en su bolsillo. Estas son algunas tretas realizadas por una trabajadora de una consulta odontológica que llegó a sisar más de 27.000 de la caja del negocio durante un año. Ahora, la Audiencia Provincial de Castellón la ha condenado a 21 meses de cárcel y a pagar 15.000 euros de indemnización a la propietaria de la clínica por un delito continuado de apropiación indebida.

Un total de 86 pacientes afectados

Los hechos se remontan a junio de 2018 cuando la dueña de la consulta odontológica presentó una denuncia contra una de sus trabajadoras, auxiliar de clínica, por las irregularidades que había detectado en la contabilidad del negocio.

Estas anomalías se habían estado produciendo desde el 7 de enero de 2017 hasta el 4 de diciembre de ese mismo año, periodo de tiempo en que la dueña de la consulta apreció que había descuadres en la caja. Según la sentencia de la Audiencia Provincial, la condenada distraía los cobros hechos en dinero en efectivo haciéndolos constar como se si hubieran hecho con tarjeta de forma que podía quedarse con parte de los importes.

Otra de las argucias de las que se valía la acusada era que los viernes, cuando la jefa no estaba, realizaba algunos tratamientos dentales, como limpiezas bucales, que no siempre quedaban reflejados en el sistema informático; o cobraba más caros los servicios para embolsarse ella la diferencia con respecto al coste inicial.

Pero no contenta con estas tretas, la auxiliar llegaba a quedarse con el dinero que le entragaban los pacientes que abonaban sus tratamientos a plazos aunque para ello tuviera que falsificar la firma de la odontóloga. De hecho, algunos de los clientes de la dentista le aseguraron que habían pagado el total de sus cuotas por lo que la acusada se habría quedado con estos pagos que no había registrado en los archivos de la clínica. En total, se detectaron irregularidades que afectaban a 86 pacientes y en total supusieron un robo de 27.037 euros.

La auxiliar de clínica fue despedida a finales de 2017 y en la carta de cese laboral solo reconoció una apropiación de 1.100 euros. Cuando la propietaria siguió indagando ante los testimonios de los pacientes, descubrió que la estafa había sido continuada y que la cifra robada era muchísimo más elevada.