"En los últimos meses se le veía melancólico y taciturno"

El letrado penalista Juan C. vivía solo en un apartamento próximo a las zonas afectadas por varios de los incendios por los que ha sido arrestado

El presunto incendiario ya esquivó una condena por otro fuego forestal en 2005

Llamas en uno de los incendios registrados en octubre en el Saler

Llamas en uno de los incendios registrados en octubre en el Saler / Levante-EMV

La detención el miércoles por la noche del presunto incendiario del Saler confirmó lo que muchos vecinos temían. El incendiario que llevaba meses intentando calcinar la dehesa y acabar con el pulmón verde de València estaba mucho más cerca de lo que les hubiera gustado. No era alguien de fuera.... ni una persona que no tuviera relación alguna con el paraje. Todo lo contrario, el detenido por la Guardia Civil es un vecino de la zona. El enemigo del Saler estaba en casa.

Se trata de Juan C. E., un abogado penalista de 59 años en ejercicio, muy conocido entre compañeros de profesión, a los que su detención pilló ayer totalmente por sorpresa. «En los últimos meses se le veía melancólico y taciturno», reconocían a este periódico conocidos del presunto incendiario, que vivía solo desde que se separó hace unos tres años.

Vive en la zona

Su detención se produjo gracias al trabajo de los vecinos que llevaban detrás de él desde hacía semanas, conocedores de los antecedentes de éste, que si bien nunca fue juzgado, sí que se le detuvo por hechos muy similares. Lo más sorprendente para los vecinos de El Saler es que el propio presunto autor de los incendios vive en la zona y, por tanto, sería uno de los afectados en caso de que las llamas hubieran arrasado por completo este paraje natural.

Tras avistarlo en más de una ocasión cerca de los puntos en los que se inició alguno de los fuegos que ha puesto en jaque la dehesa, los vecinos fueron estrechando más y más el cerco hasta que finalmente la investigación de la Guardia Civil acabó con su detención.

El presunto incendiario es bastante conocido entre la comunidad de propietarios de El Saler y, según relataron, padece algunos problemas de adaptación y una situación de desequilibrio emocional a raíz de distintos episodios familiares y personales. Además tiene problemas de salud y sufre de ataques de epilepsia y mareos.

Un grupo de Whatsapp ha resultado clave para su identificación. En el mismo los vecinos han ido estos días intercambiando fotos y datos sobre el posible sospechoso. Fue precisamente a raíz de uno de los incendios cuando el cerco al ahora detenido se fue haciendo cada vez más sólido. Comenzaron a circular fotos suyas y testimonios de personas que aseguraron verlo casi siempre cerca de donde partían las llamas.

Reincidente

Los problemas con la Justicia por presuntos incendios intencionados no son nuevos para este abogado penalista, quien ya fue detenido en marzo de 2000 por otro delito de incendio forestal que presuntamente originó lanzando un producto pirotécnico. Cinco años después fue de nuevo arrestado por hechos muy similares, ya que también fue visto por testigos provocando presuntamente un incendio en El Saler. El abogado, que negó en todo momento su participación en ambos hechos, no llegó a ser condenado al archivarse la causa contra él.

Un psiquiatra forense deberá evaluar al acusado para determinar si padece algún tipo de trastorno que afecte a su imputabilidad, como podría ser la piromanía. Aunque habitualmente se utiliza el término de pirómano para referirse a todo aquel incendiario que prende fuego al monte, según las fuentes consultadas por este periódico raramente se llega a establecer como diagnóstico médico legal que un acusado actuó movido por un trastorno mental del control de los impulsos por el cual una persona se siente atraída por la acción del fuego, por la mera fascinación incontrolable de ver el propio incendio.

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