La psicóloga forense considera "válido y creíble" el relato de las dos niñas víctimas de la violación múltiple de Burjassot

La perito judicial del IML de València estima el testimonio de una de ellas "minucioso y verosímil" y el de la otra, "claro, coherente y plausible"

Aconseja que su declaración en la cámara Gesell sea suficiente de cara al juicio para evitar su revictimización

Teresa Domínguez

Teresa Domínguez

Las dos niñas que fueron violadas en una casa abandonada de Burjassot en la tarde-noche del 16 de mayo de 2022 a manos presuntamente de cinco menores de edad, uno de ellos inimputable porque tenía menos de 14 años, dijeron la verdad. Entonces y ahora. Esa es la principal conclusión de la psicóloga forense del Instituto de Medicina Legal (IML) de València que realizó la exploración por separado a ambas niñas, hoy de 14 años, en la cámara Gesell, un espacio de seguridad diseñado para que las víctimas menores de edad puedan relatar los hechos que les han sucedido y responder a las preguntas de cualquiera de las partes personadas en un ambiente más relajado y acogedor que el de un simple despacho de un juzgado.

Esa prueba, en la que los abogados de las defensas, la fiscal y las acusaciones, así como el juez, pueden preguntar, pero siempre desde la parte invisible del cristal-espejo y a través de la psicóloga forense para no alterar emocionalmente a la víctima, sirve además de prueba preconstituida, es decir, ha sido realizada con todas las garantías legales para equipararla a una declaración presencial el día del juicio, lo que suele realizarse para evitar revictimizaciones, es decir, que quien los menores que han sufrido el delito lo tengan que revivir una y otra vez en distintas sedes judiciales.

Se trata de la piedra angular de las pruebas en los casos de delitos sexuales, y la conclusión de los peritos judiciales en su informe de credibilidad es determinante. En este caso, la psicóloga ha concluido en ese informe, sin atisbo de dudas, que los relatos de ambas niñas -cada una de ellas da su testimonio por separado y sin tener contacto previo entre sí- son "válidos y creíbles".

Una "descripción minuciosa y detallada"

Del testimonio de la niña que será denominada en esta crónica como X para facilitar la comprensión de los hechos, y que fue la que sufrió una violación individual, primero, y una violación grupal, después, afirma que dada la "descripción minuciosa que realiza de los hechos denunciados, no se aprecian elementos que hagan cuestionar su verosimilitud".

Además, considera "conveniente" que no vuelva a participar en este procedimiento judicial, "incluyendo la declaración testifical en el juicio oral" para poder restablecer "su estado emocional", para lo cual resulta "imprescindible", remacha, "la asistencia a terapia de la menor".

Tal como publicó este diario en su momento, esta niña no había podido recibir atención psicológica porque la jueza de Menores no lo había considerado oportuno antes de la exploración en la cámara Gesell, que en València se encuentra en la Ciudad de la Justicia, por si su versión se contaminaba de algún modo. Esa decisión judicial fue tomada a pesar de los continuos retrasos en la práctica de la citada prueba, propiciados, principalmente, porque los acusados afirmaron haber olvidado los PIN para acceder al contenido de sus móviles desde el momento mismo de su detención, lo que generó graves dificultades a la Policía para volcar los archivos de esos terminales.

Los abogados defensores alegaron que, si las niñas declaraban en la Gesell antes de que se conociera el contenido de los móviles de sus clientes, se vulneraría el derecho a la defensa de estos, y la jueza lo admitió. Por esa razón, las pequeñas no han podido dar su versión en sede judicial hasta finales del pasado mes de junio, más de un año después de las violaciones.

Sin asistencia psicológica durante año y medio

A raíz de esa negativa de la jueza a que la niña X recibiese terapia psicológica, la pequeña ha sufrido secuelas severas, que la fiscal recoge en su escrito de calificación -adelantado este miércoles en exclusiva por Levante-EMV-. Entre otros, padece insomnio crónico, abandono de la higiene personal, autolesiones, pérdida de peso, trastornos alimentarios, baja autoestima, problemas de socialización o acoso escolar en su antiguo instituto -con el consiguiente cambio de ciudad y colegio-, derivado de que fue reconocida por algunos compañeros a raíz de la difusión de un vídeo y numerosos 'tuits' por parte de una confundadora de Vox que está bajo investigación judicial por ello.

En cuanto a la otra menor, a la que llamaremos Y y que sufrió una violación individual, la perito judicial del IML concluye, exactamente como en el caso de X, que "presenta una adecuada capacidad de entendimiento y comprensión de las situaciones experimentadas" y que no hay alteraciones. Y, como sugiere con X también, estima "conveniente" que cese su implicación en el proceso judicial, "incluyendo su declaración testifical en el juicio, en aras de evitar su revictimización", En ese sentido, aconseja además que "continúe con el tratamiento psicológico" que, en su caso sí, ya había empezado a recibir cuando se realizó esta prueba, en junio de este año.