La Policía analizará 7 memorias extraíbles que guardaba el canónigo asesinado en su escritorio

El juez de Instrucción abre una pieza secreta para proteger el contenido que salga del volcado de los ‘pendrives’ y de tres teléfonos, entre ellos el de la víctima usado por el único detenido

Uno de los móviles es el que el presunto homicida compró por 299 euros con la tarjeta del sacerdote tras su muerte

El tercer terminal para analizar estaba bajo llave, dentro de la capilla que había en el piso del cura

La Policía Científica ha tomado huellas en la puerta del domicilio del canónigo asesinado

T. D.

Teresa Domínguez

Teresa Domínguez

El juez de Instrucción número 19 de València, encargado de dirigir la investigación del asesinato del canónigo emérito de la catedral de València asfixiado en un piso de la calle Avellanas, ha levantado el secreto sobre las actuaciones, pero no de todas ellas. Así, ha abierto una pieza separada secreta para amparar los resultados que se obtengan de los dispositivos electrónicos hallados en la casa del sacerdote.

Según ha podido saber Levante-EMV de fuentes de toda solvencia, los especialistas de la Policía Científica de la Policía Nacional de València hallaron, durante la primera de las dos inspecciones oculares llevadas a cabo en la vivienda donde se produjo el asesinato, siete memorias extraíbles que estaban guardadas dentro de una bolsa, en uno de los cajones del escritorio del despacho del clérigo.

Conoció al cura en el verano de 2023

De momento, nadie sabe qué contienen, pero serán analizadas por si pueden aportar datos relevantes en la resolución del crimen, ya que el presunto autor de este, Miguel V. N., conocía al sacerdote desde, al menos, el verano de 2023.

Así lo ha averiguado el grupo de Homicidios de la Policía Nacional tras tomar declaración a numerosas personas allegadas, por la vía personal o por la de su pertenencia al cabildo catedralicio valenciano. No solo les ha hablado del presunto asesino el portero de la finca del número 22 de la calle Avellanas, en el lateral de la sede del Arzobispado, en cuya quinta planta se ubica el piso de la diócesis valenciana donde residía Alfonso López Benito.

También lo ha hecho, y con mayores detalles, un hombre de nacionalidad rumana que conoció al sacerdote hace 12 años, según afirma, y que, con el tiempo, ha ido asumiendo un papel de asistente o protector, realizando para él distintos trabajos o cometidos, desde aparcar el coche dentro del garaje a acompañarle en momentos en que el canónigo consideraba de riesgo, como cuando, explica ese testigo, quería decirle a alguno de los jóvenes que llevaba a casa que no volviese por allí.

Una capilla con reclinatorio y relicario

Durante esa primera inspección ocular, los agentes confiscaron los siete pendrives, pero también un teléfono móvil de la marca Oppo y de color gris que fue encontrado dentro de la única estancia del piso del sacerdote cerrada con llave: la habilitada como capilla, justo al lado de su dormitorio. 

En el interior, los policías encontraron imágenes religiosas, literatura eclesiástica y hasta un relicario con reliquias en su interior –cuya procedencia no ha trascendido–, a cuyos pies el canónigo tenía un reclinatorio, dirigido hacia esos restos. El único objeto no religioso es, precisamente ese teléfono móvil, que estaba con su tarjeta SIM y su cargador.

El terminal clave

Los agentes de Homicidios no solo han pedido el volcado completo de ese terminal, sino también de otros dos: un Samsung A52 de color negro y un Redmi Note 12 Pro de color azul. 

El primero es el teléfono del canónigo que la Policía recuperó entre las pertenencias de su presunto homicida al detenerlo en el Hostal Abastos el miércoles, 24 de enero, terminal con el que el detenido estuvo enviando mensajes haciéndose pasar por el sacerdote en los días siguientes a su muerte. 

El segundo, el móvil de gama media que el presunto autor del crimen compró un día antes de su arresto por 299 euros en una tienda de telefonía móvil de València utilizando la misma tarjeta de débito del cura con la que gastó otros 2.327 euros entre extracciones de cajeros (1.800 euros) y pagos en comercios y bares (527 euros, la mayoría, 385 euros, en dos prendas de ropa en unos grandes almacenes).

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El Arzobispado de València decidió presentar ayer su renuncia a personarse como parte perjudicada en la causa judicial que instruye el juez de Instrucción número 19 de València por el homicidio por asfixia del canónigo emérito de la catedral de València Alfonso López Benito. De momento, no ha trascendido a qué obedece el brusco cambio de estrategia del máximo órgano de gobierno de la Iglesia católica en València, que había tratado con ahínco personarse en la causa desde el día después del hallazgo del cuerpo. De hecho, tal como ha venido publicando este diario, el arzobispado estaba peleando constituirse en acusación particular, a lo que se oponía la Fiscalía, al entender que no forman parte de la familia de la víctima. La renuncia fue presentada ayer, horas después de que Levante-EMV revelara que el canónigo había tenido una relación sexual con un joven con una discapacidad del 43 % al que pagó para que viniese a pasar con él unos días a su casa (propiedad del Arzobispado), encuentro que se produjo en las horas previas al crimen. T.D. València

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