Otras dos víctimas del entrenador de atletismo relatan los abusos ante la juez

Seis adolescentes han interpuesto ya denuncia, cuatro de ellas por un delito agresión sexual siendo menores, y hay más sin identificar

El presunto pederasta permanece en prisión por orden del Juzgado de Instrucción dos de Llíria.

El presunto pederasta permanece en prisión por orden del Juzgado de Instrucción dos de Llíria. / I. Cabanes

La causa contra José Miguel B. P., el entrenador de atletismo del Camp de Túria detenido por la agresión sexual a varias menores de edad y grabarlas con microcámaras ocultas con fines sexuales, ya acumula un total de seis denuncias. Las dos últimas víctimas identificadas y que han denunciado también haber sufrido abusos por parte de su entrenador, en prisión provisional desde finales de diciembre, acudieron este jueves a prestar declaración al Juzgado de Instrucción número dos de Llíria, encargado del caso.

Con ellas ya son seis las víctimas que han interpuesto denuncia, aunque las investigaciones del equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Llíria permanecen abiertas ya que en las grabaciones intervenidas al presunto pederasta, la mayoría de índole sexual y realizadas sin el consentimiento de las menores, aparecen más adolescentes que todavía no han podido ser identificadas.

Además, los especialistas de la unidad de Nuevas Tecnologías de la Guardia Civil están pendientes de analizar pormenorizadamente el volcado de los dispositivos informáticos y de almacenamiento que intervinieron en el registro domiciliario del detenido en un municipio de la comarca del Camp de Túria que este periódico no revela para preservar el anonimato de las víctimas menores de edad, ya que al menos dos de ellas tienen una relación familiar directa con éste.

Especialistas de Nuevas Tecnologías analizan el volcado de más dispositivos en busca de material pedófilo

De hecho, como ya informó este periódico, las investigaciones comenzaron cuando su hijastra de 16 años le confesó a su madre y pareja del presunto pederasta que éste la había sometido a tocamientos desde años atrás. Y no solo a ella, también a su prima, un año mayor que ella. 

Confesión de la hija

Dada esta confesión de unos abusos que la mujer jamás había sospechado, decidió buscar en el ordenador –que usan tanto su pareja como ella– cualquier tipo de prueba que le confirmara estas graves acusaciones que destapaban el lado oscuro del que había sido su compañero sentimental durante más de seis años.

Nada más ver que había vídeos de contenido erótico de su hija en poder de su pareja, la madre acudió a un cuartel de la Guardia Civil a poner los hechos en conocimiento de las autoridades y aportó el ordenador portátil donde había encontrado el material pornográfico.

En varios de los archivos se identifica al pederasta colocando y enfocando las microcámaras ocultas

Asimismo, en la vivienda se encontraron varios dispositivos de grabación que presuntamente utilizaba el pederasta para grabar a las menores en situaciones íntimas. Las citadas microcámaras, intervenidas y en poder de los investigadores, estaban colocadas en puntos estratégicos de la casa para captar a las adolescentes (tanto a su hijastra, la prima y alumnas a las que entrenaba cuando acudían a la vivienda) en los baños, en varias habitaciones e incluso en la ducha.

En el material analizado por la Guardia Civil se identifica perfectamente al detenido como la persona que grabó los vídeos ya que en algunos de ellos se le ve colocando y enfocando las cámaras al lugar deseado con fines claramente sexuales.

Los tocamientos a su hijastra se remontan a cuando la menor apenas tenía diez años, lo que agravaría la pena. Además, entre el material en su poder hay imágenes íntimas de ella con su novio, al parecer obtenidas de forma ilegal, de ahí que se le impute también una revelación de secretos.

En las instalaciones deportivas

El arrestado, de 49 años, es entrenador de un club de atletismo de la provincia. Entre las múltiples grabaciones de contenido íntimo que se le han intervenido se observan dependencias de las propias instalaciones deportivas donde ha entrenado. Presuntamente el detenido colocaba también este tipo de microcámaras en los baños y vestuarios para grabar a sus alumnas sin que ellas lo supieran. Por el momento hay cuatro víctimas de este delito contra el derecho a la intimidad, dos de ellas a su vez víctimas de agresión sexual.