Hace una semana el Ayuntamiento de València organizó un viaje a San Francisco para tender puentes con Silicon Valley. En la delegación se integraron miembros de siete startups valencianas y los que participaron coinciden en que fue un viaje provechoso. La clave fueron los contactos. El ayuntamiento tuvo la suerte de contar con la ayuda de Javier Cortés, un valenciano que lleva años instalado en San Francisco y que trabaja para la empresa Instacart. Cortés ayudó a organizar la agenda y abrió puertas. La experiencia valenciana no tuvo nada que ver con otros viajes similares que organizan entidades financieras con empresas emergentes que ganan algún concurso nacional y que terminan siendo excursiones de turismo con visitas rápidas a las sedes de Facebook, YouTube y Apple.

Los importante es llegar a Silicon Valley con contactos y una agenda cerrada desde España con tiempo. La emprendedora valenciana Montse Medina ha triunfado en Estados Unidos con su empresa Jetlore gracias a la red de contactos que tejió en la universidad de Stanford y que son los que realmente abren al final las puertas de la financiación.

La compañía valenciana Bbooster, dirigida por Enrique Penichet, ha logrado establecer un puente directo con Silicon Valley con la alianza que ha cerrado con Tim Draper, nieto del fundador del primer venture capital en el área de San Francisco en los años 50. Penichet tiene claro que viajar a la aventura a California sin una agenda previa y unos contactos establecidos es un suicidio empresarial. A pesar de que los vuelos son baratos gracias a la conexión que han establecido Level y Norwegian, el alojamiento es caro. Bbooster ha resuelto este problema gracias al acuerdo de colaboración que ha establecido con Draper y que le permite envíar a los miembros de una startup durante tres meses para un programa de aceleración con los gastos de alojamiento cubiertos. Ahora mismo están en San Francisco con ese programa los cuatro socios fundadores de Streamloots, que ya se han marcado como objetivo quedarse en Estados Unidos una vez que terminen el proceso de aceleración para impulsar el crecimiento de su empresa. La firma ya ha despertado el interés de los inversores.

Si los emprendedores valencianos no disponen de línea directa como Bbooster, los expertos recomiendan hacer un primer viaje de un mes para tantear el terreno y aprovechar al máximo cada reunión. Para ello, es esencial tener un objetivo claro y no perderlo de vista en ningún momento. Las primeras reuniones suelen ser muy cortas, por lo que hay que prepararlas a conciencia para no desperdiciar ni un segundo y captar desde el principio la atención de los posibles inversores. Una vez de vuelta a España es esencial mantener vivo el contacto y volver una segunda vez en un viaje de unos tres meses. Si ahí funcionan las cosas y los contactos responden, ya es el momento de plantearse dar el salto definitivo a Silicon Valley para triunfar a lo grande.