En pleno debate sobre la movilidad y el control del acceso a los centros urbanos, la logística del reparto comienza a diseñar su futuro. A las furgonetas eléctricas para los envíos a domicilio se suma desde hace unos días un nuevo giro: en EE UU, la ley ya permite que los robots de entrega a domicilio puedan circular en siete de sus cincuenta estados. Y desde hace algunos días, Amazon ha comenzado una prueba piloto con estos robots para repartir paquetes en la ciudad de Seattle. Parece que tienen más futuro que los drones como repartidores, pero son tan vulnerables en lo que respecta a la ciberseguridad como cualquier sistema conectado. «Es importante tener en cuenta que, cuando una tecnología se hace de uso muy masivo o se va a distribuir y usar masivamente, en sí misma es una llamada a los ciberdelincuentes. Así, consiguen sacar rendimientos económicos en forma de robos y extorsiones», advierte Hervé Lambert, Consumer Global Operations manager de Panda Security. El funcionamiento de los robots repartidores será muy similar al de los coches autónomos. Es decir, al introducir una dirección, el ordenador que lo dirige será capaz de guiarlos hasta su destino evitando cualquier obstáculo. Por tanto, estas máquinas serán, bajo cualquier punto de vista, robots conectados a Internet.

Y como cualquier máquina con un disco duro y conexión a Internet, puede ser hackeado. Un estudio de la Universidad de Washington desvela que cualquier robot, ya tenga ruedas o no, es realmente fácil de hackear. Los investigadores lograron 'engañar' al sistema operativo de varios robots para hacerles dudar sobre la identidad del hardware que tenían instalado. Es decir, le decían al robot que, por ejemplo, la cámara que tenía instalada no era real, sino un código malicioso que estaba simulando ser una cámara de fotos. Una vez cometido el 'engaño' el robot daba, literalmente, permiso para que los responsables del estudio lo pirateasen. Desde fundir sus sensores a echar a perder su carga, los riesgos son múltiples. Incluso convertirlos en auténticos caballos de Troya. Al igual que se hace con la técnica del phishing creando webs que imitan a la perfección a las páginas de empresas de confianza, los ciberdelincuentes podrían construir robots que emulen ser de grandes tiendas online o de empresas de reparto. Con esta técnica, entrar en casas ajenas haciéndose pasar por el repartidor a domicilio sería un juego de niños, advierten desde Panda Security.