Confiesa que está en su mejor momento profesional y que «jamás» pensó que le iba a ir tan bien en el teatro. Lolita Flores regresa a València. Y lo hace con Fedra, el clásico en el que interpreta a una mujer desgarrada y atormentada por una pasión que no puede reprimir.

P ¿Fedra saca a la luz a la Lolita Flores más pasional?

R Fedra saca a la luz a una parte de Lolita, una parte que ni es la más pasional ni la más racial. Lo que hago es meterme en la piel de ese personaje que, es cierto, se ajusta a mí como un traje a medida; yo le abro la cremallera y me meto dentro de él.

P ¿En qué se parece Lolita a Fedra?

R ¿Pero por qué hay que buscar un parecido? Lolita es Lolita y Fedra es Fedra. No hay un paralelismo. Todos tenemos sentimientos, dolores, ausencias y rencores porque el ser humano es un batiburrillo de sentimientos que, a veces, hay que sacar fuera. Si te metes la mano dentro, ahí está Fedra.

P No me negarás que sois dos mujeres con mucha fuerza.

R Sí, pero date cuenta de que le doy vida a un personaje escrito hace dos mil años.

P He leído que para tí lo fácil hubiera sido convertirla en una Flores.

R Sí, porque cuando te metes en un papel tienes que olvidarte de quien eres y meterte en su piel. Las Flores hablamos con las manos, tenemos una energía... pero, ojo, nunca nos hemos enamorado de nuestros hijastros ni nada de eso.

P Durante estos meses, ¿en algún momento Fedra se ha apoderado de Lolita?

R Imposible. Lolita se viste de Fedra sí, pero los andares, la voz y el pelo es de Lolita. De lo que no se ha apoderado es de esa locura y obsesión que ella tiene.

P ¿Fedra es más femenina que feminista?

R No sé chica, porque eso del feminismo... Me miro al espejo y me veo femenina. Creo que luchar a favor de los derechos de la mujer está muy bien, pero ya está.

P Ella, en el fondo, lo que quiere es ser feliz cueste lo que cueste.

R Como todos, porque quien diga lo contrario miente.

P Piensas que, como tu personaje ,«el amor debería estar prohibido porque te da muy poco y te lo quita todo».

R La frase de Becerra es maravillosa. En los momentos de desamor todo es horrible pero cuando estás enamorada y eres correspondida... es maravilloso. Fedra lo lleva todo al límite.

P ¿Cuando estas enamorada, ni comes, ni hablas, ni duermes?

R Cuando estoy enamorada estoy feliz, muy feliz. Ahora no es el caso porque no lo estoy, pero sí te digo que, cuando he estado despechada, sí que soy de las que no come. ¡Qué malo es el amor no correspondido!

P ¿Me dirías la mayor satisfacción que te ha dado representar Fedra?

R El aplauso de la última escena es inexplicable. Las críticas han sido maravillosas, ¡pero si me han llegado a llamar la Dama del teatro! Me pongo colorada. Es un orgullo escuchar y leer lo que me dicen.

P Con Fedra te estrenas en la tragedia, ¿qué te queda por experimentar?

R Soy una curranta. Me encanta la comedia, el melodrama, la tragedia... lo que sea. Me gusta todo. Yo soy artista. No me quedaría con nada, aunque depende de la época. Lo importante es la ilusión.

P ¿Y qué tal en «Tu cara me suena»?

R Ahí no hay guion, es un programa blanco donde hacemos de nosotros mismos, tratamos de pasarlo bien e intentamos que la gente se entretenga en su casa.