El ajo negro, alimento de origen japonés, comparte e incluso intensifica algunas propiedades del ajo blanco, como la prevención de enfermedades cardiovasculares y a nivel nutricional. Destaca por estar compuesto de sustancias y nutrientes importantes para la salud, como vitaminas, minerales y aminoácidos. Así, es recomendable para la formación y reparación de huesos, articulaciones, tendones o ligamentos. Es especialmente rico en el aminoácido cisteína, con actividad antioxidante. Además el ajo negro, que al abrirlo tiene una textura blanda, aporta todos los aminoácidos esenciales, denominados así porque el cuerpo no es capaz de fabricarlos y debemos ingerirlos a través de la alimentación. El proceso de maduración del ajo negro, que textura más blanda que el blanco, hace que el contenido en azúcares aumente, de ahí que su sabor sea ligeramente más dulce y aporte más calorías que el blanco fresco (unas 180 Kcal / 100 g de ajo negro frente a las 120 Kcal / 100 g de ajo blanco fresco).

Además de prevenir enfermedades y actuar como antibiótico natural el ajo negro tiene los siguientes beneficios sobre la salud:

Antioxidante. Es muy rico en vitamina C y contiene entre 5-7 veces más polifenoles que el ajo blanco. "La ventaja de los antioxidantes es que reducen la acción de los radicales libres, moléculas que favorecen el en envejecimiento prematuro de las células del organismo", explica Carmen Escalada, nutricionista clínica del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO). "Por lo tanto, el ajo negro retrasa el envejecimiento celular y la aparición de enfermedades degenerativas y crónicas".

Previene la aparición de las enfermedades cardiovasculares. Existen ensayos que demuestran que mejora la circulación sanguínea, reduce la tensión arterial, disminuye la agregación plaquetaria y ayuda a controlar los niveles de colesterol sanguíneos. Estos beneficios están relacionados con su aporte de alicina y de ajoenos.

Previene la migraña. Las sustancias vasodilatadoras que contiene el ajo negro también pueden influir y ayudar a reducir los dolores de cabeza y las migrañas.

Actividad antimicrobiana. Algunos estudios han demostrado que la mezcla de sus componentes (en especial alicina, ajoenos y trisulfuro de dialilo) actúan frente a bacterias responsables de algunas infecciones y también incluso contra algunos tipos de hongos como la cándida.

Mejora las defensas. Potencia el sistema inmunitario, en concreto, aumenta la proliferación de linfocitos (un tipo de glóbulos blancos que luchan contra las infecciones) y del interferón gamma.

Prevención contra algunos tipos de cáncer. Su compleja y completa composición modula la actividad de ciertas enzimas oxidativas y repara el ADN previniendo el daño cromosómico, por lo que podría prevenir algunos tipos de cánceres como el de colon, mama o el gástrico.

Ojo, debe evitarse su consumo en aquellas personas que tengan problemas de coagulación o que vayan a pasar por quirófano. Además, puede interaccionar con determinados medicamentos, fundamentalmente anticoagulantes, como la heparina o la warfarina porque aumenta la acción de estos fármacos y puede favorecer la aparición de hemorragias, según León.