El calor puede afectar gravemente a la salud de las mascotas, especialmente si éstas se encuentran encerradas dentro de un vehículo. El interior de un coche puede llegar a superar hasta en 20 grados la temperatura del exterior.

La única forma que tienen los perros para termoregularse es el intercambio de aire a través de la respiración, por lo que no es recomendable que el animal se encuentre en espacios excesivamente cálidos.

En ocasiones da la sensación de que no hace calor excesivo para que el can esté dentro de un coche, pero hay que tener en cuenta que la temperatura corporal de estos animales ronda los 38 o 39 grados, por lo que es superior a la de las personas y aguantan peor las altas temperaturas.

En caso de encontrar un perro en el interior de un vehículo que esté sufriendo un golpe de calor hay que avisar a la Policía; si hay alguna ranura o rendija, habría que darle agua al animal mientras llegan las autoridades y nunca administrar o mojar al perro con agua fría, puesto que el contraste de temperatura puede ser fatal. Otra de las medidas que hay que tomar en el caso de poder acceder al perro es mojar con alcohol las axilas, almohadillas de las patas o zonas similares con poco pelo. Inmediatamente después, habría que llevarle al veterinario.

En ámbitos legales, si al llegar la Policía al lugar determina que el perro se encuentra en peligro, el dueño del animal puede ser denunciado por maltrato, con penas desde tres meses a un año de cárcel, llegando a alcanzar los 18 meses en caso de que la mascota fallezca.

Para detectar un golpe de calor en estos animales bastaría con observarles por si presentasen comportamientos anómalos. Tal y como explica la veterinaria Joana González, los síntomas de un golpe de calor en los perros son jadeos, dificultad respiratoria, taquicardia, vómitos o incluso podría llegar al desvanecimiento.

Hace escasos meses circuló por la red el rumor de que si aparecía un perro encerrado en un coche, había que hacerle una foto y a continuación romper el cristal para rescatarle, pero esto es ilegal. La Policía Nacional avisó a través de la red social Twitter de la falsedad de esta información. En caso de que alguien rompa la ventana de un coche ajeno, el propietario del vehículo podría denunciar al autor de los hechos, siendo que, tras valorar el coste de los daños, el juez determinaría si la acción se trata de un delito leve o grave.