El acceso se realiza en coche y en el más absoluto anonimato. Una pantalla táctil hace las funciones de recepcionista y permite realizar la elección de habitación 'in situ' o acceder mediante el código de la reserva previa en un proceso similar al funcionamiento de un 'Mc Auto'. Cuando el cliente completa el registro, baja con su vehículo a un aparcamiento subterráneo donde una persiana se cierra tras la entrada al garaje individual y separa, como un telón de acero, el mundo exterior de una habitación diseñada al milímetro para el placer.

Así funcionan los 'love hotel' (hoteles del amor, en inglés), un término que lleva a engaño puesto que estos hospedajes están pensados para amantes y no para parejas, aunque tras la puerta del parking, todo tiene cabida.

La Comunitat Valenciana cuenta, al menos, con tres hospedajes de este tipo en los que hay más noches de traición y alto voltaje que veladas románticas. Una de las principales bazas que los diferencia de otros hoteles es el anonimato que ofrecen: los clientes no cruzan miradas con otros hospedados, tampoco con ningún trabajador del hotel. Lo que pasa en las camas de estos establecimientos alcanza la categoría de secreto de Estado para quienes lo regentan.

El 'love hotel' más conocido de nuestra autonomía está situado a las afueras de Onda, en Castelló, y el precio de salida por 24 horas de pasión es de 44 euros en la habitación más básica. La tarifa asciende hasta los 239 euros conforme aumentan las prestaciones. Si los infieles no tienen mucho tiempo, el hotel acepta reservas de mínimo cuatro horas.

Camas 'king size', equipos de sonido, terrazas donde broncearse sin ser visto, jacuzzis y hasta piscina privada, son algunos de los servicios al alcance de los infieles en este motel de carretera con habitaciones de lujo y colchones de agua. Además, cuenta con un servicio de habitaciones ininterrumpido que se realiza a través de un intercambiador para mantener el anonimato de los clientes. En la carta, además de bebidas y desayunos, hay servicio de preservativos y fresas con nata.

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En San Antonio de Benagéber se encuenta otro de estos moteles. En este caso, la carta de presentación incluye "una estancia inolvidable llena de sorpresas". Entre ellas, espejos para incrementar las "sensaciones", jacuzzis, saunas y un sillón tantra cuyo "diseño ayuda a practicar de forma mucho más cómoda todas las posiciones" que alcance a imaginar quien se hospeda en una de las habitaciones. Entre los servicios de este hotel, las parejas pueden solicitar una sesión de fotos tan íntimas que el establecimiento garantiza al "100 % la confidencilidad".

La decoración de inspiración egipcia invade el 'love hotel' de Riba-roja del Túria. A escasos ocho kilómetros del Circuit Ricardo Tormo de Cheste, en este hospedaje tampoco hace falta la piedra de Rosetta para vislumbrar las intenciones de parejas y amantes.