La festiva See you later, alligator, traducida aquí por Hasta luego, cocodrilo, suena al final de esta meritoria monster movie, o película de monstruitos, lo cual da el tono de diversión que se pretende para el filme. Mucho más respetuosa con la tradición del género que la involuntariamente paródica saga Sharknado, la historia cuenta cómo dos seres humanos (y un perro, eso que nunca falte), deben escapar de las fauces de unos reptiles que se les cuelan en el sótano de su casa (no le busquen explicación, es cosa de la magia del cine). Excusa perfecta para que el francés Alexandre Aja, uno de los jóvenes más prometedores de su generación, demuestre su pericia en la composición de planos. Una trepidante y claustrofóbica lucha por la supervivencia tiene lugar bajo techo y frente a los ojos del espectador, convenientemente puntuada por sangrientos episodios cercanos al gore. Aja ya realizó algo parecido con la meritoria Pirañas 3D pero, en esta ocasión, su pulso narrativo es considerablemente más firme, y solo flojea cuando se introduce, intentado humanizar a los personajes, la moralina paternofilial. Todo (desde sus elegantes títulos de crédito hasta la famosa canción), es sencillo en apariencia, pero muy efectivo. Al final, nos queda una bonita excusa para no echar de menos (o por lo menos, no tanto), un verano al que (sniff, sniff), ya solo le quedan cuatro bañitos mal contados.