Paco Arango desprende una luz especial. Y un entusiasmo fuera de lo común. El cine es para él una herramienta de solidaridad y el altavoz con el que difundir un mensaje de esperanza. El de la creencia de que, más pronto que tarde, el cáncer infantil tendrá cura. Hasta que ese momento llegue, el director y guionista trata de minimizar a través de la Fundación Aladina el dolor a los pequeños y a sus familias. Hoy se estrena la película Los Rodríguez y el más allá, una comedia familia de aventuras en la que parte de los fondos recaudados se destinará a la Fundación.

P Completa, Los Rodríguez y el más allá es…

R Una película familiar en la que se va a reír todo el que vaya a verla. Es la comedia de una familia tan normal que se apellida Rodríguez, que un día se entera que el abuelito es de otro planeta y ellos reciben superpoderes que no sirven para nada. La aventura se desata cuando su nieto abre en el trastero de la casa familiar una puerta cósmica por dónde acceder al más allá. A partir de ahí, el caos se apodera de esta familia que deberá aprender a controlar los superpoderes.

P La película llega a la cartelera en un momento en el que parece que el cine familiar está en peligro de extinción.

R Efectivamente y esa era una de mis motivaciones. Buscaba ese nicho. Hay pocas películas familiares que cuidan el lenguaje y todo lo demás. Esta peli es inusual. En los preestrenos compruebas cómo todas las edades se descorchan y sales de ella con una mente positiva, además de saber que parte de la taquilla es benéfica.

P Parece que te has especializado en este género.

R Es mi género y en él me siento muy cómodo. Desde ¡Ala.. Dina! he hecho Maktub y Lo que de verdad importa, que eran comedia-dramas. Para mí, esta comedia es maravillosa, tanto que me pasé de rodaje y tuve que recortar mucho.

P El reparto es de lujo y muy atractivo para el gran público.

R Sí, todo un lujazo.

P ¿Y cómo los conseguiste convencer?

R Poquito a poquito. Cuando escribo siempre pienso en alguien y luego, si tengo la gran suerte de conseguir a esa persona, pues fantástico. Si no, no pasa nada. Cuando escribí el papel de la abuela directamente pensé en Geraldine Chaplin; para el papel del padre vi a Edu Soto, que es superquerido y me pasó como cuando hice ¡Ala.. Dina! y sentí que la persona ideal era Paz Padilla. Elegí a Óscar Casas porque gusta mucho a las chicas y Aaron Piper porque fue mi niño pequeño en Maktub. Luego está Macarena Gómez, Santiago Segura, Antonio Velázquez, Mariana Treviño, Sara Jiménez, Rodrigo Simón, María Blanco, Lucas Laso, Rossy de Palma, Tomás Pozzi... Con este tipo de reparto, lo difícil es encajar los rodajes porque te tienes que acoplar a sus calendarios y eso no es sencillo. Luego, cuando ya tienes confirmados a cinco o seis actores de esta talla es más fácil convencer al resto.

P Aparece Eduardo Gómez, que falleció el pasado mes de julio.

R ¡Qué lastima! Esta es su última película. Fíjate, que lindo. Cuando hizo la película, me dijo: ‘Paco, he venido a hacerlo porque eres tú! Y no lo entendí muy bien. Pensé que no le apetecía trabajar en el cine o yo qué sé, pero es que ya estaba muy malito. Fue muy generoso. Me dijo que tenía demasiadas novias y por eso no podía rodar más escenas. Al final de la película le hago una dedicatoria diciendo que, seguramente, el cielo está lleno de carcajadas por su culpa.

P Plácido Domingo también interviene.

R Cuanto Plácido escuchó la palabra cáncer infantil se volcó. Plácido no ha cobrado nada. Se rodó en Nueva York una escena pequeñita y cuando vino a Madrid y vio parte de la película me dijo ‘Tenemos que grabar más’ y volvimos a rodar en Madrid. Ha sido muy generoso con su tiempo.

P Sí, pero lo has eliminado del cartel.

R Hay nueve póster diferentes. Plácido solo tiene un minuto y 54 segundos. Pero en el cartel final tampoco sale Santiago Segura, ni Rossy de Palma, ni Macarena Gómez y otro muchos más. Decidimos que en el cartel solo saliera el núcleo de la familia Rodríguez.

P Tras hacer una película de superpoderes, ¿qué súperpoder te gustaría tener?

R El de curar. Hay gente que quiere volar, otros ser invisibles... si yo pudiera curar no habría niños enfermos.

P ¿A qué acción benéfica vas a destinar la recaudación?

R Lo que de verdad importa generó más de tres millones de euros para niños por todo el mundo. En cada país buscamos una organización y en España es para la Fundación Aladina que participa en 16 hospitales.

P ¡Qué bonito debe ser poder dedicarse a ayudar a mejorar la vida de niños y adolescentes con cáncer! ¡Y qué generoso por tu parte dedicarles todo tu tiempo!

R Gracias. Suena cursi pero el afortunado soy yo. Te lo juro. Estoy verdaderamente agradecido. Estos niños, a los que yo llamo pequeños guerreros, son profesores del amor. No está en juego ni la vida ni la muerte, sino el amor y estos niños son los que me han enseñado a mí a ser más feliz y me han dado un propósito. Yo quiero hacer mucho cine pero por encima de él están ellos. Que los niños estén malitos me da mucha rabia. Le tengo mucho odio al cáncer infantil y hasta que viva voy a intentar darle una buena patada donde se lo merece.

P La película, además, es un buen altavoz para que la gente empatice con esta enfermedad.

R Eso es lo que buscábamos. Lo que busco es, primero, entretener porque si la película no es la bomba soy un bendito tonto; segundo, recaudar dinero; y luego, concienciar y que la gente se de cuenta de que se puede ayudar de mil formas. La peli es un altavoz sí, porque cuando viajo con las películas a distintos países, las fundaciones crecen en socios. Eso nos pasa en Aladina. Me llaman loco y tendría que haber más locos como yo.

P Es que el cine no deja de ser una válvula de escape.

R Sí, pero este tema es complicado. El 80 por ciento de los niños que están malitos se curan pero el 20 por cien no lo superan. En Aladina estamos muy pendiente de ese 20 por ciento y cuidamos a los padres hasta un año después de que ocurra esa horrible tristeza. A los padres los juntamos y los sanamos para que hagan lo que sus hijos les enseñaron que es luchar por ser feliz. A los padres hay que cuidarlos. El día que le diagnostican cáncer a un niño es el peor día para la familia porque se quedan en shock, luego, ya hay motivos para pasarlo bien.

P Digamos entonces que tu cine es terapéutico.

R El cine te evade y en esta peli rompes tus barreras de adulto y te abres. No sé cuanto te puede cambiar una película, horas, días, segundos... pero puede hacer que momentáneamente tu vida sea más alegre y amable. Eso es lo que pretendo.

P ¿Y es esa tu recaudación?

R La responsabilidad de todo ser humano es dejar este mundo un poquito mejor de lo que lo encontramos. Suena cursi pero si pensamos que podemos ayudar al prójimo todo va a funcionar mejor.