Desde su inauguración en 2017 (coincidiendo con el 90 aniversario de Bodegas Murviedro), la bodega histórica de esta compañía vinícola valenciana no ha dejado de recibir visitantes ávidos de adentrarse en un viaje al origen del vino. Durante todo este tiempo, la propuesta enoturística de Murviedro se ha revelado como todo un éxito, como demuestra el volumen de reservas y visitas, con reservas anticipadas ya cerradas para 2022.

Ubicada en la plaza de Albornoz de Requena (epicentro del bario medieval), la Bodega Histórica de Murviedro esconde en el subsuelo un espacio fascinante. Bajo sus cimientos se encuentra un entramado de galerías que, a través del tiempo, ha servido de refugio, de almacén de agua y alimentos, así como para elaborar los vinos que han dado fama a esta comarca desde el siglo VI a.C.. En las plantas superiores del edificio se ilustra la historia de La Villa y su relación con el cultivo de la vid y la elaboración de vino, justo donde antaño se ubicaban los telares en los que se confeccionaban telas de seda. Durante el siglo XVII este fue uno de los centros neurálgicos de la Ruta de la Seda, llegando a convertir a Requena en el cuarto productor a nivel nacional.

En la planta baja, además, se cría el buque insignia de Murviedro, el tinto La Casa de la Seda, un vino especial para la firma valenciana que se elabora a partir de las cepas de Bobal centenarias cultivadas en la Finca El Ardal, adquirida por Murviedro en 2015 cuando estaba a punto de ser arrancado por su escasa (pero de gran calidad) producción de uva.