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Modesto Francés, el enólogo que hace honor a su nombre

Formado en la prolífica escuela de Requena y con más de 30 años de experiencia (los últimos 12 en Cherubino Valsangiacomo), Modesto Francés recibirá a finales de este mes de marzo el título de ‘Enólogo del Año’ que otorga la Asociación Valenciana de Enólogos.

Modesto Francés vigila el estado de maduración de la uva en vendimia.

A Modesto Francés (Alcoi, 1964) le brotó pronto su vocación por el mundo vitivinícola. Se formó en la prolífica Escuela de Viticultura y Enología de Requena a mitad de la década de los 80 y dio sus primeros pasos profesionales en distintas bodegas de zonas como Ourense o el Somontano aragonés. Tras siete años de trabajo en el municipio extremeño de Almendralejo, la vida le fue acercando poco a poco a su tierra, y hace algo más de dos décadas se estableció en la provincia de Valencia, donde ha trabajado para firmas como Romeral Vinícola o la Cooperativa Agrícola de Utiel antes de aterrizar en Cherubino Valsangiacomo, donde desde el año 2009 gestiona un departamento técnico en el que ya cuenta con un equipo de siete profesionales.

Acostumbrado a trabajar ‘en la sombra’, Modesto es uno de esos enólogos que habitualmente ha huido del protagonismo, incluso cuando, en su época en la Cooperativa de Utiel se lograron éxitos tan reseñables como el de introducir sus vinos de alta gama (Vega Infante) en la carta del hotel Ritz de Londres o el de lograr reconocimientos como el de Peñín con la primera añada del Vega Infante blanco Fermentado en Barrica, del que el prescriptor dijo en su momento (año 2003) que era, probablemente «mejor monovarietal de Macabeo del momento». Este año, la Asociación Valenciana de Enólogos (AVE) ha decidido poner el foco en este enólogo de raza nombrándole «Enólogo del año», titulo que se le otorgará en la asamblea anual que el colectivo celebrará a finales de este mes de marzo en la sede del Consejo Regulador de la DOP Valencia y donde también serán homenajeados el enólogo Juan Huerta (que recibirá la medalla de oro de la institución) y el propio Consejo Regulador de la DOP Valencia.

De él destacan su humildad, su intachable profesionalidad y su ímpetu incombustible, siempre buscando la forma de mejorar cada día en su trabajo

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Para Francés, el reconocimiento de ‘Enólogo del Año’ tiene un significado especial, ya que «lo otorgan los propios compañeros de profesión», aunque, haciendo honor a su nombre, no cree haber hecho nada especial para recibir tal honor. Quizá él no, pero sí sus compañeros y, por extensión, todo el sector vinícola, al menos así lo ve Juan Clemente, presidente de la Asociación Valenciana de Enólogos, que destaca de Modesto «su humildad, su intachable profesionalidad y su ímpetu incombustible, siempre buscando la forma de mejorar cada día en su trabajo y siempre con el bien común como premisa».

A Modesto Francés le ha llegado su plenitud profesional en Cherubino Valsangiacomo, una de las grandes firmas valencianas, donde trabaja desde hace más de una década. «En Cherubino he tenido la suerte de poder desarrollar proyectos que me han enriquecido mucho. Tuve también la oportunidad de compartir el día a día en bodega con Arnoldo Valsangiacomo, del que aprendí muchísimo y me ayudó a tener otras visiones de este sector». Aunque el modelo de diversificación de la bodega le lleva a desarrollar productos vinícolas de todo tipo, Francés se ilumina cuando habla de los vinos del proyecto Bobal de SanJuan. «Yo creo que es la línea de trabajo que más alegrías nos da. Desde 2016 trabajamos además sobre una parcela en concreto, El Albardín, que cultivamos en ecológico y con la que vamos a presentar precisamente ahora un nuevo vino de Bobal».

El Bobal de SanJuan, dice, es la línea de trabajo que "más alegrías nos da"

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Pausado y familiar, para Modesto también es importante la vinculación de los hijos de Arnoldo con la bodega, que han sabido tomar el testigo de su padre para seguir haciendo de Cherubino una firma modélica en el sector; algo que también vive en primera persona con su hijo, Jordi, quien dos años después de completar su formación de enólogo ya trabaja en una de las compañías de mayor prestigio en Rioja, Contino, y del que asegura, volviendo a hacer honor a su nombre, que «en cuanto me despiste me adelanta y me supera».

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