El final del verano supone la vuelta al trabajo presencial, al colegio y a la vida más o menos «normal», vamos, recuperar poco a poco la rutina. Pero retomar esa cierta normalidad implica muchos cambios a los que no todo el mundo se siente preparado. Ir al gym, es la mejor terapia para la vuelta a la rutina, ya que retomar los hábitos deportivos ayuda a tener más energía y sentirse mejor en todos los aspectos.

Los gimnasios están teniendo una fuerte recuperación, con un aumento en su facturación de más de un 50 %. Después de tanto tiempo haciendo entrenamientos en solitario y online, lo más demandado son las clases colectivas, de hecho, ha aumentado casi un 120 % su demanda, ya que la gente busca y necesita interacción social . Casi un 30 % de los usuarios en lo que más se fijan es en la profesionalidad del entrenador ya que consideran que es el punto clave a la hora de elegir la clase y el gimnasio. También valoran que las clases sean amenas, con música y dinámicas. Hacer ejercicio en grupo incrementa la motivación, el compromiso y los resultados, haciendo que el entrenamiento sea más divertido y constante. Pero antes de hacer ejercicio en grupo es necesario estar en forma ya que una mala postura puede pasar factura, da unos tips para volver al gimnasio sin lesionarse:

1 Elegir el momento: Es fundamental. Hay que intentar sacar un hueco teniendo en cuenta que hay variaciones en el cuerpo durante el día que hacen que uno rinda más físicamente a una hora que otra. Además, hay factores que influyen como las hormonas o la temperatura corporal, que es menor a primera hora que por la noche. Este tipo de cosas influyen en el deporte y en el estado de ánimo. Hay veces que se tiene más energía a una hora que a otra, y también es distinto el tipo de ejercicio que se haga; no es lo mismo correr, nadar o hacer máquinas. Para cada cosa hay un momento. Es importante encontrar cuál es el ideal para cada actividad y generar adherencia y una rutina. Por ejemplo, para perder peso, hay que combinar ejercicios de cardio con otros de fuerza, ya que, para mantener una buena masa muscular es necesario también mantener un gasto energético adecuado. Pensando en esta combinación, deberemos organizar el tiempo teniendo en cuenta disponibilidad y momentos de máxima energía.

2 Constancia. Es lo más importante. No vale con hacer mucho ejercicio una semana y luego no volver a pisar el gimnasio en un mes. Los resultados no se ven de un día para otro por lo que no hay que desmotivarse. Hay que ser constante con la rutina de entrenamiento. Se debe empezar escuchando al cuerpo y valorando cuáles son las necesidades e intereses para encontrar las opciones que mejor se adapten. Esto es vital, ya que las fórmulas que utilizan otros pueden no servirnos.

3 Planificación. Hay que fijar unas metas y organizarse la semana. Hay que decidir cuántos días se quiere ir al gimnasio, cuáles son las actividades favoritas y cuál es el fin que se tiene: encontrarse bien, adelgazar, ponerse en forma, etc. Hay que planificar los días y saber que hay que ir poco a poco. La primera semana los ejercicios deben ser suaves e ir aumentando paulatinamente, el motivo principal es porque uno se puede lesionar, pero también porque es mejor hacer todo de forma gradual ya que si se da mucho al principio se corre el riesgo de dejarlo al poco tiempo.

4 Estiramientos. Lo primero que hay que hacer. El estiramiento mejora el rendimiento, evita lesiones, se gana flexibilidad, reduce las molestias y dolores y favorece la recuperación muscular. A veces no se estira por falta de tiempo, pero es importante tomárselo en serio, con unos simples ejercicios variados es suficiente. Antes de cualquier clase hay que ganar resistencia y flexibilidad, fundamentales para no lesionarse. Cuando se termina el ejercicio también hay que estirar para que el cuerpo se enfríe poco a poco.

Es importante hacer ejercicio controlado por el profesor Urban

5 Postura correcta. Cualquier mala postura puede pasar factura. La espalda tiene que estar bien colocada, no hay que hiperextender ni flexionar la columna. Los pies siempre tienen que estar apoyados para no generar tensión en los flexores de cadera, y no bloquear las articulaciones, ya que tienen que ser los músculos los que se encarguen de estabilizar y proteger las estructuras de las articulaciones. Una vez se tenga la postura correcta hay que hacer los ejercicios bien, hay que estar concentrado, ya que el ejercicio comienza en el cerebro que se transmite por el tejido nervioso hasta la fibra muscular. Se debe hacer siempre todo el recorrido del ejercicio para no lesionarse atendiendo bien a la técnica del ejercicio. Si somos novatos, una buena forma de empezar es consultar con un profesional cómo se hacen correctamente los ejercicios para conseguir manejar la técnica y evitar posibles problemas musculares.

6 Descanso. El descanso reparador es fundamental para recuperar los músculos y tejidos tras el entrenamiento y mejorar el rendimiento deportivo. Durante el ejercicio, los músculos sufren micro roturas que el descanso regenera y reconstruye ya que el cuerpo mientras duerme segrega hormonas como la testosterona, la hormona del crecimiento y la melatonina. Sin un descanso eficaz, esas hormonas no se producirán correctamente. Es recomendable dormir entre 7 y 9 horas, y si es posible, no hacer ejercicio intenso durante dos o tres horas antes de acostarse. Hay que tener una rutina de sueño y acostarse a una hora parecida todos los días, evitando comidas copiosas antes de dormir y el uso de pantallas justo antes de ir a la cama. Hay que alternar el ejercicio con el descanso para que el cuerpo se recupere, si no se corre el riesgo de lesionarse.

7 Alimentación . Hay que comer de forma saludable, entre cuatro y cinco veces al día, para tener energía y que el ejercicio no pase factura a nuestro cuerpo. Para encontrarse bien hay que consumir proteínas, pero no solo eso, sino que no se debe olvidar el consumo de hidratos de carbono que son los responsables de la reserva de glucógeno muscular para ejercicios de resistencia y para la recuperación.