La bajada de las temperaturas trae consigo un periodo de concentración de enfermedades de las vías respiratorias, principalmente catarros y gripes. Esto sucede por varias razones. Por un lado, con el propósito de mantener calientes los órganos vitales, el frío provoca que disminuya el flujo de sangre en las extremidades y esto supone un mayor esfuerzo del cuerpo para mantener su temperatura interior, debilitando las defensas encargadas de combatir enfermedades. En segundo lugar, los ambientes fríos son el aliado perfecto para la proliferación de virus respiratorios como el del resfriado común. Si a todo ello sumamos que en épocas frescas pasamos mucho más tiempo en espacios cerrados, se incrementan aún más las posibilidades de contagio entre personas.

La nutricionista Elena Toledano, que sostiene que no existen alimentos que por sí solos fortalezcan nuestro sistema inmunológico, porque tomarlos de forma puntual genera mejoras poco significativas y que para que un consumo de alimentos tenga un verdadero impacto sobre nuestras defensas debemos hablar entonces de hábitos o estados nutricionales, explica qué alimentos pueden ayudar a cuidar y proteger el sistema inmune contra el frío y contribuir a blindarlo ante las agresiones patógenas que acometen con las bajas temperaturas.

Llega el momento de protegerse contra el frio Urban

Lácteos fermentados como el yogur natural o el kéfir

Además del aporte de proteínas, vitaminas y minerales importantes, los lácteos fermentados aumentan las defensas inmunológicas del intestino. El sistema inmunitario intestinal constituye la parte más extensa y compleja del sistema inmune. Recibe diariamente una enorme carga antigénica y es capaz de distinguir entre patógenos invasivos y antígenos inocuos procedentes de los alimentos y bacterias comensales.

Pescado azul  y frutos secos

El pescado azul es rico en omega 3, un tipo de grasa que nuestro organismo utiliza para regular los procesos inflamatorios, generando sustancias antiinflamatorias de forma endógena. La forma más interesante de consumirlo es en EPA y DHA: los encontramos en el pescado azul como los boquerones, las anchoas, las sardinas, el arenque, el bonito, el salmón, el atún… Y en alimentos vegetales como ácido alfa linolénico, presente en las nueces y semillas de chía o lino (siempre hidratadas).

Frutos del bosque

El color de los frutos rojos (fresas, frambuesas, moras o arándanos) responde a su alto contenido en polifenoles comoflavonoides, antocianinas, taninos y otros fitoquímicos con una actividad funcional y antiinflamatoria importante, así como la capacidad antioxidante.

Especias  y condimentos

Té verde (especialmente el matcha), té blanco, cúrcuma, canela y ajo son los 5 más interesantes. ¿Sabías que la absorción de la cúrcuma se multiplica x2000 en el intestino cuando la tomamos combinada con pimienta negra?