Entrevista | Diego Jiménez Hevia Director ejecutivo de Cavas Marevia

Casi el 70% de nuestra producción ya es ecológica

Pedro y Santiago Hernández Hevia y Diego Jiménez Hevia en las nuevas instalaciones.

Pedro y Santiago Hernández Hevia y Diego Jiménez Hevia en las nuevas instalaciones. / Urban

Vicente Morcillo

Vicente Morcillo

Hevia Ferrer es una de las sagas familiares con mejor reputación dentro del mundo de los cavas. Desde hace más de cien años han caminado de la mano de grandes firmas cavistas catalanas, y desde hace cinco años desarrollan un ambicioso proyecto en Requena con Cavas Marevia, el nuevo nombre de la antigua Unión Vinícola del Este, la principal productora de cava en el término municipal de Requena. La compañía culmina este 2023 una transformación que les ha llevado a ampliar sus instalaciones con una nueva nave de crianza y almacenamiento cuya fachada principal ha sido decorada con un mural creado por la artista gallega Lula Goce.

La apuesta por los cavas ecológicos (casi el 70% de la producción anual ya sale al mercado con el certificado de cultivo ecológico) y la creación de nuevas líneas de productos como los espumosos sin alcohol, son algunas de las novedades de Cavas Marevia, firma que se traza como objetivo alcanzar una producción de ocho millones de botellas de cava al año, lo que, a buen seguro, retornará mayores beneficios a los cientos de agricultores de Requena que cultivan uvas para cava en el término municipal.

La cuarta generación de los Hevia Ferrer, representada por Pedro y Santiago Hernández Hevia y Diego Jiménez Hevia, dirige una bodega que, de la mano de su director técnico, Manuel Panadero, se ha convertido en la principal productora de cava en la Comunitat Valenciana con productos de reconocido prestigio dentro y fuera de nuestro país como los Vega Medien o el exclusivo blanc de noir de Chardonnay y Pinot Noir Marevia. Diego Jiménez, director ejecutivo, relata que les ha llevado a establecerse en tierras valencianas.

Su familia tiene una profunda tradición cavista desde hace 4 generaciones y son perfectos conocedores del sector. ¿Por qué decidieron establecerse en Requena?

El crecimiento que estaba experimentando el cava en Cataluña necesitaba más viñedos para poder cumplir con la demanda. El hecho también de que nuestra familia es santanderina, andaluza, extremeña y, por supuesto, catalana siempre nos ha hecho tener una mentalidad de que todas las tierras son diamantes en bruto. Por eso, cuando Requena fue admitida como municipio elaborador de Cava, dada la tradición vitivinícola de la zona, las condiciones climatológicas y la apuesta que había por la calidad de la uva fue una decisión que tenía sentido. Y, por supuesto, la gente maravillosa de la comarca.

Los productores de Requena han mantenido un largo contencioso con la DO Cava a cuenta del nombre con el que ha de identificarse esta subzona. ¿Tan importante es poder llamarse Cava de Requena?

Como explica la misma DO Cava en la explicación de la nueva normative, “Para identificar mejor el origen de cada uno (Cavas), se establece un nuevo sistema de zonificación según la procedencia de la uva”. Precisamente por este razonamiento, el que podamos poner Requena en nuestras etiquetas sirve para este propósito. El consumidor podrá identificar ahora fácilmente nuestra zona. Pese a ésto, en mercados de exportación hay todavía un trabajo que hacer para que los consumidores sean capaces de diferenciar las distintas subzonas. 

En la actualidad exportan la mayoría de su producción… ¿Es más complicado el mercado nacional o el dato obedece a otros factores?

El mercado nacional es más complicado por diversos factores. Uno de ellos es la falta de consumidores habituales de cava. Otro es la percepción de que el cava es barato precisamente porque en los lineales está barato. No se valora la calidad de un producto que, como mínimo tiene que envejecer 9 meses en botella antes de salir al mercado. Además, en nuestro caso que utilizamos la uva chardonnay en nuestros cupajes, que le da un toque de calidad diferencial, esto no nos lo valoran en España. En cambio, en exportación, sí aprecian esta calidad y además están dispuestos a pagar más por el producto. La prueba son la multitud de medallas de oro que hemos ganado en competiciones internacionales.

Llevan años apostando por la producción ecológica… ¿Compromiso u oportunidad de negocio?

Las dos cosas, pero más apuesta por lo primero. Como ejemplo, de la noche a la mañana decidimos eliminar la versión convencional de nuestro cava Vega Medién asumiendo un riesgo importante en un mercado tan competitivo ya que el ecológico apenas se vendía. Pero lo hicimos por nuestro compromiso. Cuando llegamos a Requena, apenas un 20% de nuestra producción era ecológica. Ahora estamos en más del 68%.

La eficiencia y sostenibilidad son otros de los valores que defienden en Cavas Marevia. ¿Cómo se traduce en el día a día?

Desde nuestro aterrizaje en Requena ha sido algo a lo que hemos puesto énfasis. Un ejemplo es la pérdida de oportunidades de negocio por no querer hacer botellas con sliver por la utilización de plástico y porque para el proceso de producción exige que la botella pase por un horno para retractilar el plástico alrededor de la botella. También, conjuntamente con Manuel Panadero, nuestro Director, siempre estamos buscando maneras de ser más eficientes.

Los cavas de Requena, a nivel general, llevan años de continuo crecimiento en ventas… ¿Cómo estima que cerrará este ejercicio Cavas Marevia?

Vamos a cerrar algo por encima en ventas en cuanto a volumen y facturación. No obstante, la subida de costes está erosionando nuestros márgenes y es complicado repercutir esta subida en su totalidad a los clientes.