Acercarse al punto de penalti, buscar la toalla, conversar con el lanzador con el objetivo de descentrarle, el movimiento gestual, la posición sobre la línea de cal... Afrontar un lanzamiento desde los once metros se ha convertido en un arte donde Diego Alves está sobresaliendo sobre los demás, siendo clave en partidos como el ganado al Sevilla. No hay un manual y cada situación es diferente, pero una de las conclusiones que se extrae de haber conversado Levante-EMV con varios ex delanteros y guardametas es la de crear dudas. «En el diálogo visual y corporal previo al penalti ganas batallas, él debe saber que tiene la responsabilidad de marcar», asegura Palop. Para Juan Sánchez, «perder tiempo antes de que se ejecute el disparo y tratar que el lanzador piense mucho puede generar dudas». Carlos Bacca aún no había tenido un duelo con el cancerbero brasileño, de los dos disparos sólo pudo materializar uno, Diego fue clave en ese momento para mantener temporalmente la ventaja del Valencia CF antes de llegar al descanso.

Con la pena detenida a Bacca son 15 sus éxitos en la liga, a lo que hay que añadir tres más en otras competiciones desde que aterrizó en el Almería. El instinto influye a la hora de ganar el duelo, pero hay mucho más, sobre todo desde que se señala la pena máxima. Palop, otro especialista a la hora de detener penaltis, considera que «Una de las cosas que influye es que el delantero sabe cuando el portero suele parar penaltis y que es una especialidad tuya. Quieras o no a uno le viene a la cabeza la historia del récord y que te pones delante de él. Saber que es una habilidad importante para el portero se traslada a la confianza del delantero, puedes crear esa duda, otro jugador quizá es de ideas fijas pero siempre te crea un poco de duda». Sempere considera una de las claves para el guardameta es «aguantar el máximo posible y confiar en tu instinto para poder detener el lanzamiento. Todo depende del estudio que hagas sobre los lanzadores contrarios». César Sánchez, cuarto en el ránking de penaltis parados en la liga, esgrime «que el tema psicológico es importante en todos los momentos, pero más si cabe en un penalti. El portero intenta llevar al límite la situación para que pueda provocar el error en el portero, ya que es el jugador de campo quien tiene la máxima responsabilidad, como es lógico. Se trata de estresarle al máximo, de parar el tiempo porque el penalti no se dispara hasta que no estás sobre la línea. Los tiempos son importantes».

Cómo digiere la situación el lanzador es importante. Habitualmente se trata de especialistas y por eso «uno puede acercarse al jugador, tratar de hacerle un circo y que el rival esté sin inmutarse. Hay que retardar el disparo, eso al jugador le hace pensar más y en mi opinión ocurre como en las acciones de uno contra uno, cuanto más le haces pensar al rival más dudas le puedes crear, eso puede darte tus frutos o no, todo lo que puedas arañar y crearle dudas al contrario mejor». ¿Es recomendable que un lanzador no repita disparo en un mismo partido? A este respecto, Sempere considera que «eso depende de la confianza del lanzador, si es fuerte seguirá lanzando aunque falle porque es un líder que asume esa responsabilidad de cara a sus compañeros», y César considera que «el estrés sube en el segundo penalti. Empiezan a surgir preguntas sobre si cambias el disparo o no, en el segundo penalti aún hay más responsabilidad. Todo eso forma parte del juego y depende de las situaciones».

La realidad es que Diego Alves ya lleva 15 penaltis parados en liga y que son determinantes.