No hay mucho tiempo para preparar el partido de liga ante el Athletic, pero acortando los tiempos por un mes de abril con prácticamente fútbol a diario, Nuno Espírito encerró ayer a sus futbolistas por espacio de 20 minutos para comenzar a valorar aspectos esenciales en el objetivo de ganar en San Mamés. Y uno de los nombres que aparece con fuerza es un viejo conocido: Aritz Aduriz. Frenar al ariete se considera «frenar» a medio Athletic, pero no es una tarea sencilla ni mucho menos, aunque el «20» rojiblanco aún no ha recuperado la plenitud física tras recuperarse de una lesión.

Con independencia de los 19 goles que lleva esta temporada en todas las competiciones, uno de los mensajes que transmitió el entrenador ayer antes de salir al césped a entrenar es tratar de «controlar» a Aduriz. Se tiene la sensación, aunque luego un partido puede ser totalmente diferente a los analizados previamente por los técnicos al influir muchas circunstancias, que si Aritz no hace un buen partido es más factible arañar un resultado positivo de Bilbao. No va a ser una labor fácil, aunque el Sevilla logró «secarle» haciendo un marcaje pegajoso con ayudas de la defensa. El pasado sábado, si recibía el balón tenía a dos rivales enfrente, que en ocasiones aumentaban a tres si el lateral podía ayudar. Aduriz no es sólo un futbolista que luzca en el juego aéreo, con un remate de cabeza que interpreta rozando la perfección, también los desmarques que realiza que favorecen a los jugadores de segunda línea. Y para frenar al ex delantero blanquinegro, se quieren evitar los centros al área desde las bandas. Es uno de los aspectos que interpreta bien el Athletic, de ahí la necesidad de ser solidarios en defensa unos con otros, realizando ayudas en todo momento, con el objetivo de neutralizar esa virtud.

Otro aspecto que el cuerpo técnico blanquinegro ha advertido a sus futbolistas hace referencia al trato exquisito que le da el Athletic al balón. Sobre todo en los partidos que juegan en San Mamés, el equipo dirigido por Ernesto Valverde trata de tener la posesión el mayor tiempo posible, elaborando el juego buscando la finalización con caídas a banda previas al centro al área donde espera Aduriz. A Nuno no le condiciona a la hora de plantear los partidos jugar en Mestalla o hacerlo a domicilio, su filosofía es la misma aunque es cierto que sí le prestan una gran dedicación al rival para introducir matices en su idea de juego ese partido. Y en San Mamés se perseguirá un Valencia CF dispuesto a ser el dueño del balón, que demuestre desde el primer minuto que se presenta en Bilbao con la única intención de sumar la victoria mandando, no replegado atrás y buscando un contragolpe. Es cierto que el Sevilla ganó con un fútbol muy vertical aprovechando que el Athletic se lanzó a presionar en una zona del campo bastante adelantada, con los consiguientes espacios atrás. Y les salió bien.

Nuno tomó muy buena nota de ese partido, pero cuenta con futbolistas diferentes y quiere ganar con su estilo. De momento aún no ha puesto en práctica sobre el césped sus intenciones, pero sí en la charla inicial que dio ayer el cuerpo técnico quedó clara cuál es la fórmula para ganar al Athletic, donde Aduriz tiene un papel principal.

En la entidad hay ejecutivos que lamentan cómo el Valencia CF traspasó al futbolista por 2'5 millones de euros, considerando que su valor era notable. A Aritz le quedaba sólo un año de contrato y en aquel momento, el club no igualó las condiciones económicas ni temporales que le ofrecía el Athletic, de ahí que se optara por un traspaso. En el vestuario blanquinegro era uno de los jugadores más queridos.

Con la ausencia de Dani Parejo y de Gayà, el entrenador portugués no quiere realizar experimentos y después de que los futbolistas que no fueron titulares ante el Villarreal realizaran una sesión de trabajo intensa, hoy les agrupará. Las líneas maestras de la charla fueron absorbidas por todos, pero falta por ver si se produce el cambio de sistema o las ausencias se limitan a un intercambio de nombres sobre el césped. Hoy se despejarán las incógnitas.