La planificación deportiva del Valencia se enfrenta a teóricas paradojas en algunas demarcaciones, como la portería. El club de Mestalla escuchará ofertas por uno de los mejores cancerberos del mundo, Diego Alves. Figura contrastada, con un registro de penaltis parados sin precedentes, en plena madurez, a escasos días de cumplir los 31 años y completamente recuperado de su grave lesión, el Valencia quiere sacar provecho de las cotización del internacional brasileño.

En su estrategia, el Valencia maneja dos poderosos condicionantes. En un contexto de necesidad de dinero para compensar la ausencia en la Liga de Campeones y poder fichar ajustándose al juego limpio financiero de la FIFA, Alves puede garantizar un cuantioso traspaso, así como aligerar una de las fichas más altas de la plantilla.

El coste deportivo de perder a un jugador del peso específico, dentro y fuera del terreno de juego, como Alves, se compensa con la nómina de porteros restantes. Las circunstancias del Valencia la temporada pasada, entre lesiones y el brillante rendimiento de todos los cancerberos, provocó que el equipo valencianista contase con tres porteros de nivel en la primera plantilla, una circunstancia muy poco usual en cualquier equipo. Mantener esa situación, con Alves, Jaume Doménech y Mathew Ryan al 100 % de condiciones desde la pretemporada, es un lujo innecesario.

El principal problema para Alves es, dado su nivel, el escaso mercado con el que cuenta, ya que la quincena de grandes clubes europeos a los que podría ir tiene, de momento, su portería bien cubierta.

El australiano Mathew Ryan, de 24 años, tiene la confianza comunicada desde el club de que se convertirá en el portero del futuro del Valencia, en igualdad de competencia con Jaume. Ryan ha aguantado con una profesionalidad exquisita los vaivenes de su primer año en la Liga, entre titularidades, banquillo y grada, así como episodios que no comprendió como su suplencia en el último encuentro de Liga. El portero espera que la situación se normalice. Por su parte, Jaume no solo representa a un portero de grandes condiciones y juventud, así como aclimatado a las exigencias de la Primera división tras su primer año. Del portero de Almenara ha convencido y hasta emocionado en el club su grado de implicación con el Valencia, y el factor humano que aporta a la convivencia en el vestuario.