El Valencia CF se enfrenta a sus miedos. A la duda global. Cayó goleado en el primer partido de Liga, un contundente 2-4 en Mestalla ante Las Palmas, y sus mejores jugadores son carne de traspaso. El proyecto está en el aire. Y los futbolistas lo saben. Por este motivo, el partido de Eibar cobra una relevancia especial. Son tres puntos, sí, pero una derrota ante un rival inferior en todo precipitaría al club a un abismo deportivo. El ambiente en Valencia sería irrespirable. La crisis estaría más que servida.

Nunca un partido de una segunda jornada de Liga, ante el Eibar, cobra la relevancia de una final. Tras el encuentro de hoy en Ipurua, espera una larga semana debido a los partidos internacionales, y el desierto informativo es muy amplio. Sólo los fichajes pueden tapar agujeros y animar a una afición valencianista que vive anclada en la desesperanza tras las ventas de Paco Alcácer y Mustafi.

Alcácer ha viajado a Eibar, es cierto, pero el delantero no jugará esta tarde. Su traspaso al FC Barcelona está cantado. El valenciano entró en la convocatoria pero el de ayer fue su último viaje. Pako Ayestarán tiene muy claro que hoy alineará a un tridente formado por Nani, Rodrigo y Santi Mina. El resto del once no ofrece ningún misterio. Ryan continúa siendo el portero titular hasta que Alves no aclare su futuro. Abddenour entra en el once pese a llevar colgado el cartel de transferible. Y Santos ha viajado debido al traspaso de Mustafi. No hay más.