Mestalla vivirá, hoy ante el Sporting, uno de los ambientes más inusuales que puede rodear a un partido de fútbol. Con València en fin de semana festivo, se producirá una escena inédita, como será escuchar el eco lejano de la mascletà en pleno juego, al inicio de la segunda parte. No hay precedentes en los que haya coincidido un encuentro, con el acto más multitudinario de las Fallas.

Aparte de esta coincidencia anecdótica, otros factores alterarán el ambiente de un partido crucial, desde el punto de vista deportivo, para que el Valencia tome una distancia casi definitiva sobre la zona de descenso. El horario del partido (13 horas) afectará primero a la asistencia de Mestalla, ya que muchos comerciantes se encontrarán ante la duda de trabajar o adelantar el cierre del negocio para poder llegar a tiempo a Mestalla. De los espectadores que sí acaben asistiendo, se verá una rara mezcla, entre la protesta organizada contra la gestión de Peter Lim, a la actitud relajada, más propia de un duelo de pretemporada, del abonado que convive con la fiesta.

Después de la ausencia de manifestaciones notorias en el partido contra el Leganés, ante el Sporting varios sectores de la afición volverán a concentrarse en los prolegómenos del duelo. La protesta más ruidosa será la de la Curva Nord. Y, paralelamente, la plataforma «Por Nuestro VCF», desligada de grupos de animación, intentará por tercera vez convocar el favor de los aficionados. Por este motivo, en los exteriores de Mestalla repartirán un total de 996 silbatos de plástico, con el fin de protestar desde las 11:30 hasta las 12:45 horas, justo 15 minutos antes de que empiece el encuentro contra los de Rubi. El mencionado grupo propone, ya una vez dentro del estadio, que se proteste con una «gran pitada» a los directivos y a los jugadores, al inicio de cada parte. Para quien no puede llevar un silbato, «Por nuestro VCF» pedirá que se dirija una pañolada al palco.

La racha en Mestalla no basta

El descontento de un sector de la grada, aún no mayoritario ni unánime, no se ha frenado a pesar del repunte deportivo experimentado por el Valencia, desde que Voro accedió a dirigir al equipo hasta final de temporada. La realidad previa a Navidad, con el Valencia empatado a puntos en puestos de descenso con el Sporting, ha mejorado hasta sacar una renta de diez puntos sobre la plaza 18. Además, se ha recuperado el factor campo de Mestalla. Del bloqueo y pánico de jugar ante sus aficionados, se ha pasado a sumar victorias de prestigio ante Espanyol, Athletic y, sobre todo, Real Madrid. El crecimiento deportivo a cargo de Voro se ha diferenciado de la crisis institucional que padece el proyecto de Lim.