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La pizarra

La final de copa está encarrilada

El Valencia supera la débil defensa del Betis y logra un valioso empate para la vuelta en Mestalla

Gabriel Paulista pugna con Lo Celso, ayer en el Benito Villamarín. f. calabuig/sd

El Valencia CF superó el débil sistema defensivo del Betis y logró un valioso resultado, justo por lo visto ayer, de cara al partido de vuelta de semifinales de la Copa del Rey. La final está encarrilada. Estas son las claves del partido:

Marcelino apuesta a ganador

El Valencia salió con lo previsible. Marcelino presentó su once titular de la temporada, consciente de la importancia del partido. No se guardó nada. Salvo los lesionados Guedes y Kondogbia (que no estaban en la convocatoria) y Jaume, que es el portero de la Copa del Rey, el once fue el mejor que se podía presentar buscando la final y más teniendo en cuenta que la vuelta es en Mestalla. Los estilos de juego del Betis y del Valencia son diferentes, es cierto, pero ambos son válidos para alcanzar el objetivo de la victoria.

El guión es el previsible

El guión del partido también fue el previsible. El Betis asumió el mando del partido y el dominio del balón. Quique Setién presentó un once ofensivo y ambicioso para disfrutar de la posesión de la pelota, con jugadores como los exvalencianistas Guardado, Canales (muy ofensivo, el mejor junto a Lo Celso) o Joaquín, ayer de carrilero (por ahí debían crear peligro Gayà y Cheryshev), para tratar de llegar al área rival desde el control más absoluto. El Valencia, replegado en sus dos líneas de cuatro, trató de aprovechar un robo de balón para salir con rapidez a la contra debido a los muchos espacios que dejaba el contrario. Rodrigo, en un remate que sacó el meta Joel, y Santi Mina, tras un saque de esquina con también despeje del portero, pudieron marcar. El Betis, que había estado espeso y solo tuvo una ocasión de Guardado, se soltó en el tramo final de la primera mitad y se fue al descanso con ventaja gracias al gol de Loren.

La revolución Gameiro

El Valencia debía de reaccionar tras el gol psicológico en contra. Pero mal se le pusieron las cosas con el gol de corner de Joaquín. Otro mazazo. El 2-0 era un mal resultado. Sin embargo, un gol le daba a los de Marcelino mucha vida en la eliminatoria. El tanto llegó. Fue de Cheryshev. Hacía justicia a los méritos de ambos equipos. El encuentro se abrió. Fue más de ida y vuelta. La entrada de Gameiro fue decisiva. Revolucionó el partido. Estuvo sensacional en todas sus apariciones hasta el gol del empate. Ya había avisado Cheryshev rematado al larguero, y el francés igualó.

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