Cuando escribo esta melodía, todavía no se ha celebrado la segunda reunión entre el presidente del Valencia y el director general, con el tema importante en juego, la continuidad de Alemany en el club valencianista. Para mí, siendo fundamental la decisión final del asunto, lo que me genera más tensión es la situación a la que se ha llegado, justo ahora que el club parecía estar estabilizado, que se llevan dos campañas muy buenas, que la afición está totalmente volcada con el equipo, demostración clara la afluencia de seguidores a Sevilla en la final de la Copa del Rey, y más y más cosas que podría ir citando, justo ahora repito, el Valencia o mejor sus mentores vuelven a las andadas.

Estoy completamente de acuerdo con Kempes y Cañizares. Qué manera más tonta de crear una nueva crisis, digo nueva porque lo raro en este club es no tener líos, sobre todo cuando mejor van las cosas. Yo he tenido la ocasión de vivir un sinfín de ellas, me refiero a las crisis, unas tenían su razón de ser y otras como la actual por razones personales. Los egos son muy peligrosos.

Peter Lim, dueño de la paraeta, está viendo desde Singapur que los éxitos actuales, dos temporadas seguidas en Champion, la consecución de la Copa, la buena armonía de la plantilla con el entrenador etc... la afición se los adjudica más al director general y su gente, que al propio Lim y tampoco a su hombre en la presidencia Anil Murthy. De ahí que el propietario quiera hacerse notar, por ejemplo, paralizando fichajes y mediando en algún desfichaje, quitando del medio al hombre, para mí, clave de este Valencia.

Repito lo del principio de la melodía. No sé cómo terminará este asunto, pero mi experiencia me dice que al final todo llega al vestuario por muchas reuniones que se quieran hacer con la plantilla y con un resultado negativo. Señor Lim, deje las cosas como están, quédese tranquilo en Singapur y no convierta al Valencia en una nueva casa de los líos.