El rocambolesco secuestro de un expresidente del Valencia CF, Vicente Soriano, planeado por su antecesor en el cargo, Juan Bautista Soler, para recuperar un deuda millonaria por el impago de unas acciones, y que fue frustrado finalmente por el soplo de un confidente de la policía, se ha saldado con penas de dos años de prisión para tres de los cuatro acusados, entre ellos el propio exdirectivo del club de Mestalla, y de trece meses para el delincuente que destapó el caso, y cuya extradición obligó a repetir el juicio.

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de València impone a Juan Bautista Soler, a Ciro D'Anna y Abdelatif Laaroubi, conocido como "Tati" sendas penas de dos años de prisión por un delito de conspiración para el secuestro en concurso con un delito de conspiración para robo con violencia en casa habitada. Asimismo, el fallo contempla la circunstancia atenuante de dilaciones indebidas. También establece para estos tres condenados la obligación de indemnizar conjuntamente a la víctima con 3.000 euros en concepto de responsabilidad civil.

La sentencia considera probado que a finales del año 2.013 el expresidente del Valencia CF Juan Bautista Soler, en connivencia con Abdelatif. L., alias Tatí, el empresario italiano Ciro D. A. y Rachid B., confidente de la policía y cuya grabación ha resultado una prueba clave, «urdieron un plan para privar de libertad a Vicente Soriano con el fin de obligarle a transferirles una suma indeterminada de dinero desde las cuentas que supuestamente éste tenía en Panamá, Suiza y en diversos fondos de inversión en el extranjero como condición para ponerlo en libertad».

Dicho plan incluía «aprovechar su privación de libertad para entrar en la vivienda del mismo y hacerse con una cantidad de varios millones de euros que pensaban que guardaba allí». El plan para secuestrar al expresidente del Valencia CF se fue perfilando en diversas reuniones mantenidas por los acusados bien en el despacho del propio Soler y en una cervecería de València regentada por el empresario italiano también condenado.

Así, la sentencia aclara que tras averiguar sus rutinas diarias acordaron que cuando saliera de desayunar, como hacía a diario, en una cafetería de la Calle Isabel La Católica de València, y se dirigiera a su despacho, unos sicarios contratados a tal fin lo abordarían e introducirían por la fuerza en una furgoneta para trasladarlo a un local alquilado donde lo retendrían hasta que les facilitara las claves bancarias. En el caso de que no colaborara lo trasladarían a otro lugar. Igualmente acordaron que guardarían en unas bolsas el dinero que hubiera en la casa y que lo depositarían en un piso propiedad de Soler.

El confidente

La mañana del día 27 de marzo de 2.014 un confidente de la policía, también condenado a trece meses de cárcel, contactó con un policía del grupo de Atracos de la Jefatura de València y le contó que había sido captado por Soler y otras personas para secuestrar a Soriano. Ese mismo día, iba a tener lugar una reunión con los supuestos colombianos encargados de ejecutar el secuestro.

Posteriormente, el día 2 de abril de 2014, la policía informó a Soriano para advertirle que cambiara sus rutinas, pero sin darle detalles de la operación que pudiera estar tramándose en su contra ni de las personas implicadas en la misma. Rachid se ofreció a portar un dispositivo de grabación para captar la reunión que tuvo con Soler y el empresario italiano. Aunque las defensas solicitaron la nulidad de esta grabación, la sentencia aclara que «no se aprecia un ardid engañoso por parte de la Policía dirigido a obtener una confesión de los acusados mediante la misma». Además tampoco se aprecia que haya sido manipulada.

Uno de los magistrados ha formulado un voto particular en el que se pronuncia a favor de la absolución de los cuatro acusados al entender que se debió decretar la nulidad de la citada grabación y que sin dicha prueba hay «insuficiencia de elementos probatorios bastantes».