Dos jornadas no dan para enjuiciar a un equipo, pero sí para tener algunas cosas claras. El arranque de competición del combinado blanquinegro ya ha evidenciado una: Carlos Soler y José Luis Gayà siguen siendo los líderes del Valencia CF. Por personalidad, asunción de responsabilidades y también por juego, los dos canteranos abanderan ese ‘ADN’ del que José Bordalás habla desde el día de su llegada.

José Luis Gayà y Carlos Soler siguen enarbolando la bandera

La jugada del empate contra el Granada es el claro ejemplo: la segunda parte del equipo no estaba siendo la mejor, pero entre los dos tendieron una emboscada a Antonio Puertas en el sector izquierdo del campo para quitarle el balón y meterse en el área. La presión fue conjunta, el robo de Soler y el penalti lo provocó Gayà. A partir de ahí tocó cargarse a las espaldas la responsabilidad de transformar el lanzamiento y el ‘10’ es el mejor en esa faceta. Cabeza erguida y conversión escorada al lateral interno de la red.

“Son nuestros capitanes, sienten al Valencia y tienen un compromiso tremendo”, manifestó el entrenador alicantino cuando aterrizó en Mestalla. Son los referentes del equipo y están actuando como tal. En los mejores tramos a nivel ofensivo han pedido la pelota para jugarla con criterio y cuando ha tocado defender se han arremangado para hacer el trabajo sucio o menos vistoso.

En el choque del pasado sábado Gayà sobresalió por encima del resto, especialmente a nivel defensivo siendo el futbolista más intenso y metido del equipo. Fue el jugador con más duelos ganados en el suelo con siete de nueve (78%), el que más tackles (entradas) realizó con tres y el segundo con más pases buenos ejecutados con 28. El de Pedreguer fue al máximo a todas las disputas, pegajoso en la marca y sin conceder ni solo un metro al atacante.

El ‘14’ se ajusta como anillo al dedo al estilo de Bordalás. Cercano siempre al rival para no dejarle pensar ni girarse, vivo para anticipar al saltar a la presión, acosar al poseedor del cuero o corregir en un balón a la espalda, firme en el cuerpeo y contundente en el uno contra uno en banda tanto para robar como para taponar centros laterales. Y sereno con la pelota para dar siempre una salida limpia y rápida al equipo después de robar.

Soler, el más determinante

Por lo que respecta a Soler, su ascendencia del equipo esta fuera de toda duda. El centrocampista valenciano ya dio un paso al frente el curso pasado tras el desmantelamiento que sufrió la plantilla y este curso se ha colgado la ‘10’ a la espalda. Lejos de ubicarse en un segundo plano, quiere seguir siendo uno de los líderes del Valencia.

Los datos de su incidencia hablan por sí solos, en los nueve últimos partidos ha participado de forma directa en nueve goles (seis tantos y tres asistencias). Además, ha estado involucrado en ocho de los últimos once goles anotados por el equipo (cinco tantos y tres asistencias), siendo clave en la consecución del grueso de puntos logrados por el conjunto de Mestalla en el tramo final del curso pasado y del inicio de esta temporada.

El valenciano es un jugador muy determinante siempre que se encuentra cerca del área rival. Bordalás le está ubicando en banda derecha en este arranque liguero buscando que participe en zonas adelantadas, donde tiene una clarividencia especial para encontrar fisuras en las defensas rivales y se hace indetectable llegando desde segunda línea. Su participación en la elaboración es menor que en el doble pivote -fue el séptimo jugador en pases realizados el pasado sábado-, pero también es más determinante -fue el futbolista con más pases clave con seis-.

Dos partidos disputados y hay cosas que no cambian. Gayà y Soler son la bandera del Valencia CF porque tienen la capacidad y la actitud para serlo.