Es uno de los clásicos de la última década y también esta noche se presenta decisivo. El Valencia-Sevilla, un duelo de enemigos íntimos que empiezan a distanciarse ante la regresión blanquinegra, será indicativo del rumbo deportivo que pueda tomar, en espera de los fichajes, el equipo de Bordalás en este temporada. En Mestalla, los resultados han sido siempre un elemento catalizador, o calmante, de las tensiones sociales de trasfondo. Una convulsión que en la actualidad ha llegado a su punto límite.

Aunque la Copa del Rey sigue vitaminando las constantes del Valencia, su situación en LaLiga es de necesidad, después de cosechar dos derrotas seguidas. Una sorprendente contra el Espanyol, cuando se entonaba sin tanta timidez la palabra Europa, y una claudicación más contundente contra el Real Madrid. Precisamente, uno de los motivos de preocupación en este Valencia tan honesto, disciplinado y que no regatea ningún esfuerzo, fue la incapacidad de poder plantar cara a los equipos más potentes, que en la primera vuelta se presentaron seguidos, de carrerilla, y que a base de derrotas dejaron al Valencia parcialmente descabalgado de los objetivos. Entonces, la derrota contra el Sevilla en el Sánchez Pizjuán, con 3 goles en los primeros 21 de juego, fue la primera derrota, tras el ajustado tropiezo contra el Madrid en la semana anterior, que abrió el boquete de los problemas que se siguen arrastrando. Sobre todo, el de la sangría de goles en contra. Además, tanto entonces como ahora, el Valencia presentaba lesionados. A la más que probable de Carlos Soler y Gabriel Paulista se añade la del jugador en boca de todos, Daniel Wass, que dio de nuevo positivo por coronavirus y se perderá la cita. Curiosamente, a efectos de los debates sobre su implicación, el cumplidor centrocampista danés es la primera vez que se pierde un partido por lesión (enfermedad en este caso) en sus tres temporadas y media en el Valencia.

El Sevilla mira al título

Condicionado por las bajas, pero con el ánimo levantado por la expectativa copera y con el factor Mestalla, el Valencia espera a un Sevilla dolido por su eliminación copera en el derbi polémico contra el Betis, pero confiado en su velocidad de crucero en LaLiga. El equipo de Julen Lopetegui es a día de hoy la única alternativa solvente para disputarle al Real Madrid el título. Además, aventaja en 16 puntos a los blanquinegros. Su gran fortaleza es la defensa, con solo 13 goles encajados, que le han defendido muy bien de las derrotas, solo dos en todo el curso. En caso de ganar en Mestalla, colocarían su aliento en el cogote del Madrid, a solo dos puntos de distancia, y seguiría intacta su brecha con los rivales que le siguen en el clasificación.

En el Valencia un triunfo le permitiría engancharse de nuevo a Europa, en espera de lo que hagan el resto de rivales. Los hispalenses tienen bajas sensibles por Copa de África ( Bono y los delanteros Youssef En-Nesyri y Munir El Haddadi), lesionados de consideración como Suso, Navas, Lamela y Delaney, pero un fondo de armario tan amplio para suplir toda contingencia. Entre ellos Jesús «Tecatito» Corona, interior derecho mexicano, último fichaje. Jugará Joan Jordán, con todos los focos apuntándole, después de recibir el impacto de un objeto en el Betis-Sevilla. En la portería podría repetir el joven Alfonso Pastor si Marko Dmitrovic no se recupera a tiempo. El reto es mayúsculo para Mestalla.