El Valencia dice prácticamente adiós a Europa a través de LaLiga. A pesar de la actitud mostrada para caer con la mayor dignidad posible, la actuación del equipo a nivel defensivo fue muy deficiente. Los de José Bordalás no fueron capaces de frenar las triangulaciones azulgranas, que desarbolaron el engranaje táctico valencianista con demasiada facilidad. La sensación de que el Barça era frágil y permitía a los blanquinegros llegar rápido por las bandas no hizo más que incrementar la frustración de Mestalla, que vio como su equipo sigue sin ser capaz de ganar partidos. La racha de 2 puntos de los últimos 21 ya es peor que la anterior, que se quedó en 3 de 21.

Gayà, cabizbajo tras el segundo gol del Barça. j.m.lópez

El Valencia cuajó una primera parte de un nivel bajísimo. Una presión desequilibrada, llegando tarde a la hora de encimar a los pares y permitiendo al Barça circular el balón con excesiva comodidad. En los primeros 20 minutos los barcelonistas llevaron la iniciativa y los valencianistas trataron de ser reactivos, pero con muy poca precisión en todas sus acciones.

El conjunto visitante dio el primer golpe con un gol de Aubameyang, que tras realizar un gran control definió a la perfección. Foulquier se quedó enganchado y el gabonés pudo recibir muy solo a la espalda de la defensa. El Valencia, a pesar de querer reaccionar y estar cerca de hacerlo con un gol anulado a Gayà por fuera de juego, empezó a perseguir sombras tratando de robar al balón a un Barça que se empezaba a gustar dando ritmo a sus combinaciones entre líneas. Así puso el segundo, con una circulación dentro-fuera que acabó con un envío de Alba al segundo palo para Dembélé que con toda la ventaja cedió a De Jong para que marcase a placer contra Mamardashvili.

El jarro de agua fría que se llevó Mestalla congeló los ánimos y el Valencia se mostraba cada vez más impotente. Otra vez con una triangulación exitosa el Barça lograba poner el tercero a través de Aubameyang que, eso sí, anotó en fuera de juego. El VAR, no obstante, le dio validez. Tres disparos y tres goles para un Barça dominador y muy efectivo, que penalizaba los desajustes blanquinegros. La reacción del Valencia fue muy rápida con un gol de semi chilena de Soler, pero el árbitro lo anuló tras consultar el VAR porque el balón había salido por línea de banda en el origen de la jugada.

Tras el descanso, el Valencia salió con la intención de recortar distancias y soñar con la remontada. Solamente seis minutos después, de hecho, marcó el primero con un gran cabezazo de Soler tras un centro medido de Bryan. Mestalla quería creer y apretaba con el equipo a por el segundo, que lo tuvo Soler con un disparo desde la frontal que se marchaba por poco.

El globo, no obstante, se iba a pinchar unos minutos más tarde con un gol de Pedri desde la frontal que tocó en la espalda de Aubameyang y en el que Mamardashvili pudo hacer mucho más por la centrada trayectoria del disparo. La sensación de vulnerabilidad que transmitía el Barça acrecentaba la impotencia de un Valencia, que sin prácticamente pases era capaz de generar acercamientos de peligro, pero que se ponía el partido constantemente cuesta arriba a causa de sus concesiones atrás.

A pesar de lo imposible de la empresa, el Valencia no arrojó la toalla en busca de caer con dignidad. Hugo Duro fue el que más lo intentó, con hasta tres ocasiones, pero sin fortuna.