Salvo y Aurelio se libran de declarar: hablarán sus abogados

Dada la tipología del juicio y la demanda que existían, la jurisprudencia ha brindado esta posibilidad

El juicio a Amadeo Salvo y Aurelio, sin ellos presentes

El juicio a Amadeo Salvo y Aurelio, sin ellos presentes / M. A. MONTESINOS

Pau Pardo

Amadeo Salvo y Aurelio Martínez, los dos principales actores del proceso de venta del Valencia CF a Meriton en 2014, evitarán sentarse ante el juez en primera instancia. Sí lo harán sus abogados, ya que dada la tipología del juicio y la demanda existía según la jurisdicción esta posibilidad.

Amadeo y Salvo, abucheados a su entrada a la Ciudad de la Justicia, se han personado ante el juez tras haber sido denunciados por cinco socios del Valencia CF, quienes reclamaban la indemnización simbólica de 1900 euros en concepto de daños morales y económicos por la venta de la mayoría accionarial a Peter Lim.

Ahora sus letrados tendrán que defender las garantías que, en su momento, les llevaron a confiar en la vía Meriton Holdings y demostrar garantías -o la falta de ellas- para el cumplimiento efectivo de los compromisos derivados de la compra.

En su primera intervención, Jaime Navarro -abogado representante de los denunciantes- ha citado todas las promesas que en su día Aurelio y Amadeo hicieron y que no se han cumplido (deuda casi finiquitada al quinto año, estadio para el Centenario...) y ha asegurado que no existen garantías. "Toda la responsabilidad de esto es de los demandados".

"Todo se circunscribe a un contrato puro de compraventa de acciones en el que no hay ninguna garantía estipulada ni compromiso ni tampoco se estipula cual es la verdadera intención de Meriton o su objeto principal a la hora de hacer esta compra. También se incumple la ley de transparencia y buen gobierno", ha añadido.

"Tampoco aparece porque se elige a Meriton por encima de otras opciones como Wanda o Cerberus y no hay ningún informe de esto", exigiendo a los demandados una explicación del motivo de su elección. "Se puede ver que el incumplimiento es un daño continuado. Se habló de Champions y el equipo lucha por el descenso. Se habló de estadio para el centenario y las obras siguen paradas. La deuda roza los 400 millones a pesar de que se dijo que en el quinto año sería inferior a 30".

"Todo lo que llevó a traer a Meriton al Valencia se ha incumplido. Y el daño moral no ha dejado de crecer. Aumenta la zozobra, la rabia, la ansiedad... de los socios el hecho de ver a su equipo cerca de la segunda división. (daños morales). También no hace más que crecer el daño económico por el incremento de la deuda y el hecho de poder descender solo haría que agravar esta situación. A este daño no se le adivina un final y no se puede alegar prescripción".