Un año de vida extra con Baraja

Hoy se cumplen 12 meses de su llegada

Baraja abraza al capitán
Gayà después de ganar al
Athletic en Mestalla.  f.calabuig

Baraja abraza al capitán Gayà después de ganar al Athletic en Mestalla. f.calabuig / andrés garcía. valencia

Andrés García

14 de febrero de 2023. El Valencia hace oficial el fichaje de Rubén Baraja con el equipo al borde del descenso a segunda división y con el club sumido en una de las mayores crisis de la historia. Doce meses después, todo ha cambiado en la parcela deportiva gracias al Pipo. El técnico vallisoletano ha conseguido devolver la respiración a un club condenado a morir por la gestión autodestructiva de Peter Lim. Hoy se cumple justo un año de su salvadora llegada al banquillo de Mestalla. Un año extra de vida para el Valencia de Meriton.

¿En qué ha cambiado desde su llegada a Valencia hace un año? «Igual tengo más canas... no sé”, bromeaba Baraja en una de sus últimas ruedas de prensa. El Pipo no ha cambiado. El técnico siendo esa persona valencianista, exigente, comprometida y valiente que asumió la responsabilidad del banquillo en medio del abismo. A quien sí ha cambiado es al Valencia. Baraja ha conseguido transformar a un equipo que en doce meses ha pasado de luchar por la permanencia a ambicionar los puestos europeos con una de las plantillas más jóvenes del fútbol europeo. Ya no se mira hacia abajo en la clasificación. Ahora se mira hacia arriba. Un milagro deportivo teniendo en cuenta el abandono de la propiedad en los últimos mercados de verano e invierno. Sin inversión y sin fichajes. Baraja siempre remó a contracorriente desde el primer día. A pesar de las piedras en el camino de Lim, el Pipo evitó el descenso en la última jornada y esta temporada ya ha asegurado virtualmente la categoría con 35 puntos a mediados de febrero. A dos de la Conference League y a tres de Europa League. Muy lejos del ‘objetivo salvación’ que marcó la propia Layhoon Chan en verano a petición del propio entrenador para quitarse presión de una mochila ya de por sí muy pesada. Baraja ha conseguido que la plantilla rinda por encima de sus posibilidades. Los números lo avalan. 42,2% de victorias en sus primeros 45 partidos por encima del 37% de José Bordalás y de Albert Celades, los 31,82% de Gennaro Gattuso o el 29% de Javi Gracia.

todo lo que ha cambiado Baraja no solo ha conseguido resucitar al equipo. Sus cambios en el club van más allá de lo deportivo. Su gran éxito ha sido recuperar la conexión con Mestalla a través de su discurso. El Pipo ha hecho posible la química entre los jugadores y la afición. Algo que dejó de existir en la recta final de la ‘era Gattuso’ con los incidentes en la Avenida de Suecia post-eliminación de Copa. La atmósfera ahora es diferente. El valencianismo se identifica con el equipo de Baraja. El resultado es un Mestalla consolidado como uno de los estadios con mayor asistencia de LaLiga.

El conocimiento de Baraja del club y del entorno ha sido clave para explicar su milagro. Su gran legado, pase lo que pase en el futuro, serán los jóvenes. ‘La quinta del Pipo’. Baraja da nombre a una generación de canteranos que ha subido de su mano al primer equipo ante la falta de fichajes y las carencias de la plantilla. El técnico salvó al equipo del descenso gracias a su valiente apuesta por Javi Guerra, Diego López y Alberto Marí. A partir de ahí, su lista de canteranos ha crecido: Mosquera, Fran Pérez, Yarek, Gozálbez, Hugo González, Ali Fadal, Rubo Iranzo o el último David Otorbi. Todos bajo su gestión. El Pipo trabaja a diario para acelerar sus procesos de maduración, hacerlos rendir y convertirlos en activos potenciales del club. Es un ‘chollo’ para Meriton.

Para cambios el que consiguió hacer en el vestuario. Baraja lideró en verano con valentía una limpieza que hoy en día se considera internamente como una de las claves del éxito de la temporada. Al Pipo no le tembló el pulso y se deshizo de cinco jugadores que restaban más que sumaban en el ecosistema del grupo. El vallisoletano aplicó mano dura y se deshizo por el bien del equipo de Edinson Cavani, Samu Castillejo, Marcos André, Uros Racic y Eray Comert. El resultado fue un vestuario sano, repleto de valores y de buenos amigos. Porque son una «familia». Así lo repiten todos los jugadores en público. «Es una bendición tener un vestuario con este espíritu y mentalidad», repite siempre Baraja. La obra es suya.