A. H. S., Valencia

El puente 9 de octubre se consolida cada vez más como uno de los mayores puntos negros del tráfico en la ciudad de Valencia. Las largas colas que provoca por las confluencias de la avenida Manuel de Falla con Pío Baroja se han extendido desde hace aproximadamente dos semanas en el tiempo a lo largo del día.

Si hasta ahora los atascos estaban asegurados en las horas punta, en estos últimos días se registran también otras horas en las que no eran habituales. Así, no es extraño que se produzcan retenciones a horas como las 12 del mediodía, las 4 de la tarde o las 9 de la noche.

Fuentes del centro de control de tráfico del Ayuntamiento de Valencia reconocieron este hecho, aunque negaron que se deba a ningún cambio de regulación en los tiempos semafóricos y lo atribuyeron a un incremento del tránsito producido por causas desconocidas. Sin embargo, el embudo que se forma a la salida del puente hacia la Avenida del Cid, no tiene continuidad en el tramo hasta esta última vía.

Los problemas generados por este punto negro han llegado en ocasiones incluso a colapsar la cercana avenida de Manuel de Falla hasta el túnel subterráneo de Campanar. Y la avenida de Pío Baroja se ve bloqueada hasta la rotonda que limita el futuro parque de atracciones.

Asimismo, la indisciplina de los conductores procedentes de Manuel de Falla interrumpe la salida del puente en sentido inverso, es decir el tráfico procedente de la Avenida del Cid. Este hecho llega a repercutir en ocasiones, incluso, en retenciones en la avenida de Tres Cruces, al otro margen de dicha avenida.