En la parte más alta, y cubierto con su cascarón, el Palau de les Arts Reina Sofía cuenta con un auditorio superior que iba a ser, en un principio, al aire libre. Después se optó por cerrarlo debido al intenso ruido que provocaba el tráfico rodado, además de otras razones técnicas. Según el mapa del ruido realizado por el ayuntamiento, la autopista del Saler -donde se ubica la Ciudad de las Artes y las Ciencias- cuenta con un "ruido total" de 75 decibelios. De 7 de 23 horas, los decibelios oscilan entre 70 y 75, mientras que en la franja nocturna disminuyen hasta los 65-70 dB.

Y es que el ruido y la contaminación acústica no son un asunto banal a la hora de ubicar un auditorio o sala que albergue actividades al aire libre y no esté perfectamente insonorizado.

En julio de 2002, el arquitecto Santiago Calatrava modificó el proyecto que concernía al auditorio superior. La contaminación acústica fue el principal motivo del cambio, a pesar de que, de esta forma, se encarecía el proyecto. Sin embargo, la idea de cerrar el auditorio previsto al aire libre permitió al Palau de les Arts ganar un nuevo escenario que, en principio, únicamente hubiera podido ser utilizado en períodos estivales o, al menos, con buen tiempo.

Y es que Calatrava, que desde el principio defendió el cubrimiento de la sala, era consciente de los múltiples problemas de audición que habría tenido el recinto ya que el Palau de les Arts está rodeado de vías rápidas de tráfico con gran densidad de circulación.

Problemas de sonido

Tanto es así que, a pesar de haber sido cubierto, el auditorio superior de les Arts, sufrió una reforma tras ser inaugurado para intentar paliar los problemas de sonido que tenía ya que la insonorización no había sido la adecuada.