La falla de Na Jordana incluirá una figura en la que el rey Juan Carlos aparece desnudo. Se trata de la última vuelta de tuerca en la recreación plástica de los monarcas, que desde que iniciaron su reinado tardaron bastantes años en empezar a ser reproducidas en ninot.

En este caso, Juan Carlos I aparece en una escena entroncada dentro del argumento de la falla, que está ambientada en un hipotético infierno. En él acaban las distinciones y todos los mortales acaban haciendo cola antes de asignarles un lugar en el averno.

El dibujante Sento Llobell es el encargado de diseñar el monumento fallero y le ha dado vida el taller de Manolo Martín. El artista tiene terminada la figura, en la que no faltará el ingenio y la gracia. Los condenados están haciendo cola delante de un escaner antes de entrar en los infiernos. El monarca todavía está despojado de todos sus atributos. Hay una corona, un móvil de oro... pero todos los objetos metálicos quedarán confiscados. "Es una escena en la que se representa que todos nos igualamos en ese momento. Hay alguna que otra "coñeta" al respecto, que llamará la atención". Cada condenado tiene asignada planta o sótano en una tarjeta, que es con la que se tapan los genitales.

La figura llamará la atención. De eso está convencido Manolo Martín. "Pero eso, a estas alturas, está superado. Está hecha con respeto: no es de mal gusto. En todo caso, lo que tiene es una carga social: llegado ese momento, todos somos iguales: ricos y pobres".

La falla está marcada precisamente por el diseño recto en el trazo de Sento Llobell, algo que, para convertir en figuras tridimensionales, no es precisamente muy fácil. Pero había que hacerlo. "Hemos tenido suerte de que el equipo de escultores, con Oscar Hilario a la cabeza, han cogido la técnica con bastante rapidez. Los ilustradores, en general, ponen muchas menos líneas de lo que lo hacen los escultores. Y Sento, en concreto, es un dibujante excepcional, uno de cuyos méritos es su capacidad para el retrado con pocas líneas. Si puede usar seis, no pone quince. Pero eso hace doblemente complicada su conversión en figura tridimensional. Pero se ha logrado. Hay veces que para expresar un gesto no hace falta abusar de las formas". En el caso del Rey, lo mismo: "en cuanto se le cogió el punto, la figura se convirtió en ninot rápidamente".

Pasaron de pedir que no fueran retratados a aparecer casi

todos los años

La presencia de la Familia Real en la plástica fallera no fue inmediatamente después de su subida al trono. De hecho, hubo que esperar a los primeros años noventa del siglo pasado para verlos convertidos en carne de ninot con más frecuencia. Más aún, la primera vez que se les intentó retratar fue en 1988 y también en Na Jordana. De cómo han cambiado las cosas es demostrativo que, en aquella ocasión, se pidió permiso a la Casa Real para incluir a todos ellos (los reyes y sus tres hijos) y desde Zarzuela se envió una carta muy educada, pero tajante: a sus majestades no les agradaba la idea.

Conforme pasaron los años se rompió ese perjucio (ya no se pedía permiso) y tanto el rey como el príncipe Felipe fueron presa fácil de los artistas. Ellos han sido los grandes protagonistas, mucho más que la reina y las infantas, cuya aparición ha sido ocasional.

Letizia Ortiz, por contra, sí que ha sido retratada repetidamente, tanto en fallas como en las Hogueras de Alicante. Este año, por ejemplo, aparecerá en la falla Almirante Cadarso-Conde Altea en una balanza (en la foto) donde se equilibra con otra princesa: Belén Esteban.