Varias entidades de pescadores, entre ellas la Comunitat de Pescadors de El Palmar, así como otras asociaciones, como la de Vela Llatina de Silla, pedirán el cese de la Junta Rectora del parque natural de l'Albufera porque consideran que no defiende los intereses de los pescadores. Así, el presidente de la Comunitat de Pescadors de El Palmar, José Caballer, asegura que van a exigir "que se nombre una junta nueva" que incluya a los pescadores para que puedan opinar.

Caballer apunta hacia la política de apertura de compuertas como una de las principales pruebas de que la junta no mira por los intereses de los pescadores y asegura que abrirlas "un rato por la noche para que entren 40.000 peces está muy bien si no fuera porque luego los cormoranes y las aguas sin oxígeno por la paja podrida los matan". Los problemas derivados de la putrefacción de los rastrojos del arroz han llevado la situación a un punto muy complicado y la mortandad de peces comienza a ser elevada. Tanto es así que desde la Associació de Vela Llatina de Silla insisten a sus asociados a que se fijen en el número de ejemplares muertos. Josep Chaqués, secretario de la entidad y miembro de la Plataforma Albufera Viva, destaca que en los próximos días, con las lluvias que ayer cayeron en Valencia, "aumentará el número de "llises" muertas".

Chaqués también cree que la junta "no recoge las preocupaciones de los pescadores, pero sí de los concejales y demás políticos" y reclama más peso de otras asociaciones en el órgano. "Hay que cambiarlo todo, yo también lo creo", indica. No es el único. Miguel Raga, presidente de la comunidad de pescadores de Catarroja, opina que la junta "solo mira por los intereses de políticos y agricultores y no por el pescado". Raga señala también a los cormoranes: "Hay poco pescado porque mucho está en su tripa".

El secretario de Associació de Vela Llatina de Silla destaca que en la junta "hay gente a la que le importa un pimiento el lago". Y el problema para Chaqués es, como lo es para Caballer y para decenas de pescadores de otras entidades, la falta de oxígeno en las aguas derivada de la putrefacción de la paja del arroz que los agricultores no queman y prefieren dejar en el agua.

La Conselleria de Medi Ambient ya barajaba en mayo de 2010 la opción de permitir la quema de paja en unas 3.000 hectáreas del parque, pues entendía que esta opción era menos contaminante que el fangueo de los rastrojos, medida que por otra parte calificaba de "más eficaz". Los agricultores, mientras tanto, aseguran que Europa no permite quemar la paja y que necesitan la ayuda de 476 euros que envía Bruselas por no quemar la paja para que el cultivo del arroz les salga rentable, según la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA).