La nueva responsable del área de residuos urbanos del Ayuntamiento de Valencia, Mª Àngels Ramón Llin, se reunirá la próxima semana con las empresas concesionarias de la limpieza para tratar de reprogramar la actividad de las mismas y alcanzar los objetivos óptimos de mantenimiento de la ciudad con los recursos disponibles, que este año son 54 millones de euros, seis menos que en el ejercicio anterior. Esa será la primera iniciativa de la nueva concejala del ramo en sustitución de Ramón Isidro Sanchis, aunque posteriormente ampliará esa ronda de encuentros a las asociaciones de vecinos para establecer prioridades y poner en marcha campañas de concienciación ciudadana.

A día de hoy, la limpieza es uno de los grandes conflictos públicos de la ciudad. La reducción del presupuesto municipal se ha traducido en un recorte de servicios por parte de las empresas concesionarias (Sociedad de Agricultores de la Vega, Secopsa y Fomento de Construcciones y Contratas), que ha indignado a los vecinos y ha instalado la sensación general de que la ciudad empieza a estar sucia. La falta de servicios extraordinarios -en Reyes, por ejemplo-, la práctica eliminación de los baldeos, la reducción de días de recogida de basura o la foto de los vecinos barriendo sus barrios han contribuido a esta imagen, que ahora Ramón Llin tiene el encargo de eliminar.

Por prioridades

Ayer, primer día al frente del área de residuos urbanos -también conserva la del Ciclo Integral del Agua y Cambio Climático- ya suspendió su agenda para trabajar en ese frente. En declaraciones a Levante-EMV aseguró que la semana que viene se reunirá con las empresas para plantearles la situación y tratar de optimizar los recursos, que según dijo, son "limitados". En los tiempos que corren, "el dinero es el que es y hay que ajustarse a lo que hay", que a su juicio es bastante.

La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, declaró en su día que un millón de euros a la semana era suficiente dinero y que debía bastar para que Valencia estuviera limpia, opinión que comparte Ramón llin y que ahora trasladará a las concesionarias.

También se reunirá con las asociaciones de vecinos para analizar la situación barrio por barrio y establecer prioridades, servicios que resulten más necesarios y trabajos que pueden relegarse o espaciarse según las necesidades de los residentes.

Luego, con toda esa información, la que proviene de las empresas y la de los vecinos, tratará de reorganizar el servicio de limpieza para que se ajuste a los intereses de todas las partes sin resultar nocivo para las arcas municipales.

Llamamiento a la ciudadanía

Mª Àngels Ramón Llin cree, además, que es posible mejorar el comportamiento de los ciudadanos y dirigirse a aquellas personas que no guardando las mínimas normas de urbanidad y limpieza "faltan al respeto" de la mayoría que sí lo hace. Para ello, tiene previsto trabajar con las asociaciones de vecinos en la puesta en marcha de campañas de concienciación que abunden en esa idea. A su juicio, mejorar el comportamiento ciudadano ayuda a mejorar la imagen general de la ciudad y en este sentido hizo un llamamiento a la población para que colabore.