La nueva contrata de la grúa municipal de Valencia empezará a operar el martes que viene, 1 de julio, con la mitad de los vehículos remolcadores de los que hasta ahora circulaban por las calles de la ciudad. Pavapark, filial de Pavasal, es la empresa que gestionará el servicio durante los próximos ocho años, en sustitución de Servicleop y, según ha podido saber este diario, entrará en funcionamiento con 14 grúas, la mayoría de segunda mano.
El pliego de condiciones de la nueva contrata de la grúa, un negocio de 56 millones de euros, exige una flota de 20 grúas, frente a las 30 que se fijaban en la anterior contrata. También se ha rebajado el número de bases, de cinco a tres. El recorte de medios lleva a la plantilla actual, formada por un centenar de trabajadores, a temer que haya despidos.
La actual contrata de la grúa, Servicleop, tiene una flota de 36 vehículos. El actual concesionario ofreció estos vehículos remolcadores al nuevo gestor, si bien no llegaron a un acuerdo económico.
El menor número de grúas disponibles para prestar el servicio no es el único inconveniente con el que se topará la nueva empresa gestora del servicio. Pavapark ofreció en el concurso convocado por el Ayuntamiento de Valencia tres bases de rotación (Benicarló, Tomás de Montañana y en Vara de Quart) y una para vehículos abandonados en Picanya. Esta última base no podrá ser utilizada al menos en lo que queda de año. Los terrenos de Picanya, que son propiedad de FGV, están arrendados a Servicleop, que mantiene una disputa judicial con Ferrocarrils por la concesión de los mismos. Debido a los impagos de Servicleop, que adeuda 180.000 euros a FGV en concepto de alquiler o canon, Ferrocarrils dio por resuelto el contrato y reconoció a Pavapark el derecho de uso de esta base. El juez ha fijado diciembre como plazo para empezar a analizar el pleito entre FGV y Servicleop.
1.600 coches en busca de base
La actual contrata de la grúa dejará de prestar el servicio el martes. En la base de coches abandonados hay en la actualidad 1.600 vehículos, unos 160 de ellos son depósitos judiciales, es decir, vehículos vinculados a investigaciones policiales por drogas, robos y homicidios. Servicleop ha hecho valer sus derechos sobre la base de Picanya y ha enviado un escrito al ayuntamiento advirtiendo de que debe buscar ubicación para estos vehículos, cuyo periodo medio de estancia en la base no baja del medio año debido a la farragosa tramitación necesaria para dar de baja un vehículo.
Servicleop, filial de la constructora Cleop, se adjudicó el servicio de la grúa hace dos décadas. Hasta entonces el ayuntamiento gestionaba directamente la grúa a través de la empresa Grumsa.
La relación entre Servicleop y el Ayuntamiento de Valencia ha acabado «como el rosario de la aurora», apuntan fuentes conocedoras del proceso de renovación del contrato. Con la crisis económica, Servicleop empezó a tener problemas de liquidez y a no poder asumir los retrasos en los pagos , de hasta 200 días, por parte del ayuntamiento.
La contrata de la grúa tiene que ingresar al ayuntamiento la recaudación por retirada de vehículos y a su vez el ayuntamiento le abona a la contrata por prestación del servicio el 80% de lo recaudado por la grúa.
Los impagos llevaron al ayuntamiento a sancionar a la contrata en varias ocasiones. Pese a todo, Servicleop no renunció a la gestión de la grúa y optó el año pasado al nuevo pliego de condiciones del servicio. Aunque la suya fue la mejor oferta económica (ofreció una rebaja de seis millones de euros), el ayuntamiento le adjudicó el contrato a Pavapark. Servicleop recurrió, sin éxito, al Tribunal Especial de Contratación la adjucación. Ahora la empresa estudio presentar un recurso contensioso administrativo. Servicleop, que también gestiona la grúa de Bilbao,Murcia, Alzira y Torrevieja, no quiere dar por perdido su contrato más jugoso.
