Los vecinos de Benimaclet aprovecharon ayer la fiesta de invierno de los huertos urbanos para sumarse a la cada vez más nutrida corriente de rechazo a la revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) en lo referente a la destrucción de la huerta que plantea el documento. Cientos de personas recorrieron ayer el barrio desde la plaza hasta el cementerio para representar el entierro del PGOU.

Fue un acto festivo y lúdico, que culminó con una comida a base de arrós amb fessols i naps en los propios huertos urbanos. La Asociación de Vecinos de Benimaclet decidió esta misma semana reconvertir la tradicional fiesta de invierno de los huertos „que este año celebrarán su tercer aniversario„ en una nueva marcha reivindicativa contra el PGOU y la recalificación de cientos de metros cuadrados de huerta tanto en el norte como en el sur de la ciudad. De hecho, nada fue baladí en la marcha. El ataúd de cartón con la leyenda «RIP Plan Rita» fue portado desde la plaza de Benimaclet hasta el cementerio, rodeado de huerta.

Precisamente parte de esos campos desaparecerían. «Son terrenos que quiere la UPV para un centro comercial, un hotel...», explicó ayer el presidente de la entidad vecinal, Antonio Pérez, que se felicitó por la gran afluencia de participantes en la manifestación. «Hemos ido vestidos de plañideras y hemos llegado así a los huertos urbanos», comentaba.

Además de la marcha, también se realizaron diversas actividades en los propios huertos urbanos. Hubo una fiesta de intercambio de semillas y actividades para los más pequeños. Además de los agricultores que trabajan todo el año en los huertos urbanos, también participaron Estrela Roja de Benimaclet y la Colla Àtac y una muixeranga. El único requisito era llevarse mesa, sillas y cubiertos y un plato extra para compartir. La comida valía tres euros por persona, uno y medio para los pequeños, y contó con una quinientas personas. Pérez se felicitó por la jornada festiva e insistió en la necesidad de proteger la huerta de la ciudad.