Quemar el último cartucho o dejar las cosas como están y cruzar los dedos para que la finca donde tienen sus viviendas no sufra más daños de los que ya acumula. La comunidad de vecinos de la finca situada en la plaza de la Virgen número 4 debe decidir ahora, en junta de propietarios, si asume la sentencia de la Audiencia Provincial que les obliga a permitir tanto la extensión del toldo como la revisión de los anclajes o si sigue peleando y agota la última vía judicial que le queda: presentar un recurso de casación ante el Tribunal Supremo. Así lo aseguraron ayer fuentes próximas a la comunidad de vecinos tras lamentar la sentencia del juez.

Y es que el fallo de la Audiencia Provincial ha caído como un jarro de agua fría ya que «para decir que por la existencia de anclajes queda demostrada la servidumbre del edificio no hacía falta tanto juicio ni tanta historia», aseguraron las mismas fuentes tras criticar que no se tuviera en cuenta una de los principales puntos del recurso presentado, que defiende que «como la finca no recibe intercambio económico alguno, no hay precio por lo que se trata de una donación. Y en ese caso, en el de donación, se requiere escritura pública. Y no hay».

Es más, a los vecinos afectados les da la sensación de que quieren «extender el toldo a toda costa», independientemente de las consecuencias que pueda existir para la finca que sujeta la estructura. Y es que ese, y solo ese, es el principal argumento para que los vecinos rechacen el toldo de la Virgen.

De hecho, el peso que ejerció el toldo y el sistema de cables y poleas por el que se extiende, ocasionó un sinfín de deficiencias en la finca que cuenta, incluso, con problemas en la estructura. Sin embargo, el Juzgado de Primera Instancia número 1 de Valencia ya aseguró en el primer fallo que si el toldo causa daños a la finca es «otra cuestión» que los afectados «deberían reclamar en otro procedimiento» porque ese asunto «no afecta a si existe o no servidumbre».

Con Grau de intermediario

Y es que el proceso judicial lo inició el propio Ayuntamiento de Valencia, quien puso una demanda para argumentar la «servidumbre» que existía en el edificio, tras mantener varios encuentros con la comunidad de propietarios en los que el vicealcalde, Alfonso Grau, (el responsable de la colocación del toldo y de la negociación posterior con los afectados) consiguiera un acuerdo favorable. A partir de ahí, los vecinos recurrieron una primera sentencia y debatirán ahora si asumen el fallo o van a por todas.