El que ahora es alcalde lo ha dicho hasta la saciedad mientras estaba en la oposición: La externalización de los servicios municipales, lejos de ahorrar dinero „como defiende y ha defendido el PP durante su gestión„ supone un grave perjuicio para los intereses públicos. Por ello, Joan Ribó tiene claro que, durante su mandato, tanto el servicio de la grúa como el de la ORA volverán a ser municipales. Así lo aseguró ayer Ribó tras afirmar que, mientras en ciudades como Madrid o Barcelona el servicio de la grúa y de la ORA es «un negocio» como consecuencia «de las sanciones», en Valencia «nos ha costado dinero». Y para muestra, un botón. En 2012, el ayuntamiento ingresó 5,4 millones de euros por el servicio de la grúa pero, sin embargo, le pagó a al empresa concesionaria por aquel entonces (Servicleop) 7,8 millones de euros. Y eso que el servicio de la grúa de Valencia el el segundo más caro de España, con 152 euros.

Ahora bien, tanto el contrato de la grúa como el de la ORA se adjudicaron antes de las elecciones, como tantas otras contratas que suponen una herencia del PP que hipoteca al nuevo gobierno. El alcalde las revisará una por una. De hecho, ayer, algunos de sus concejales visitaron las instalaciones municipales de Tabacalera para asegurarse de que no existía actuación urgente que precisara de la firma del alcalde. «Nos han dicho que, al menos tenemos dos semanas de margen», afirmaron.

Lo que está claro es que tanto el servicio de la grúa como el que regula los estacionamientos de pago en la ciudad „las zonas azul y naranja„ dejarán de estar en manos privadas. Ahora bien, la nueva contrata de la grúa „adjudicada a la empresa Pavapark, filial de Pavasal„ comenzó a gestionar el servicio a finales de junio, tras un contrato de 56 millones de euros firmado por ocho años. Dos meses antes de las elecciones, Barberá hizo lo propio con el servicio de la ORA (por 67,8 millones de euros), también por ocho años. Este contrato, además, triplicaba el número de plazas de pago. Ambas adjudicaciones fueron duramente criticadas por los grupos de la oposición al considerar que suponían un «lastre» para un posible nuevo gobierno, hoy convertido en realidad. Ahora bien, Ribó parece tenerlo más que claro ya que ha anunciado que la gestión de ambos servicios volverá a ser municipal en su segundo día de trabajo como alcalde.

Sin embargo, estas adjudicaciones no fueron las únicas que se realizaron a escasos meses de las elecciones. El gobierno de Rita Barberá decidió dejar lo más cerrada posible la gestión de otro de los servicios municipales más cuantiosos del consistorio: el mantenimiento y servicio de poda de los parque y jardines de la ciudad. El contrato se adjudicó a principios de abril por casi 54 millones de euros para cuatro años, a las mismas empresas que, eso sí, se encargan del servicio desde hace años, es decir, Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) para la zona norte y Agricultores de la Vega (SAV) para la zona sur. Un poco antes, también adjudicaron la señalización vertical de la ciudad.

Pero ahí no acaba la cosa. A pocas semanas de las elecciones, la oposición puso el grito en el cielo cuando el gobierno de Barberá licitó el contrato de suministro eléctrico por 36 millones de euros para dos años. Joan Ribó ya apuntó la idea que tenía en mente sobre ese tema y que ahora podría materializar como alcalde. «Sería preferible que el ayuntamiento compre directamente la energía de forma diaria en el mercado eléctrico ya que supondría un ahorrro de 7 millones de euros», apuntó entonces, una idea que, además, ha repetido durante la campaña electoral.

También existen contratos que aún no han sido adjudicados, sin embargo, el pliego de condiciones sí es vinculante, lo que puede comprometer la gestión del nuevo gobierno. Ese es el caso de Piscina Valencia, el Teatre El Musical o el edificio Veles e Vents.