«Se ofrecen dos biólogos para pasear perros». La oferta resume en siete palabras la cruda realidad de Álex López (Valencia) y David Buenache (Cuenca). El primero acabó los estudios en enero de este año. Su compañero, en julio de 2014. Con 25 años, estos dos licenciados en Ciencias Biológicas por la Universitat de València decidieron un buen día «buscarse la vida». «No teníamos trabajo en lo nuestro, ni posibilidad de tenerlo y como nos gustan los animales... nos lanzamos con esta apuesta», explica Buenache. Ambos redactaron los carteles que repartieron por la zona de Viveros y por las cercanías del colegio alemán. Tres euros por treinta minutos, y cinco euros por una hora, además de garantizar «profesionalidad», no han sido suficiente reclamo, pues nadie ha requerido sus servicios desde que hace dos semanas pegaran el primer póster con su propuesta, sus teléfonos y la imagen de un perro con la correa en la boca. «Hay que tener en cuenta que nosotros ofrecemos unos conocimientos extra sobre los animales», señala Álex. Algo que corrobora David.
Antes de lanzarse al mercado de «paseadores» de canes, cotejaron las tarifas del sector, para llegar a la conclusión de que la suya «era la más baja». Ambos estudiaron Biología conscientes de las dificultades que hallarían en el terreno laboral. «Aunque tiene muchas salidas, como puede ser el control de los alimentos, en España no se da el caso. En Europa, sí», explican casi al unísono. «No tiene el prestigio de otras carreras, como Ciencias de la Salud, aunque los últimos premios Nobel tan sido biólogos», critica David Buenache a la salida del Observatorio de Inserción Profesional y Asesoramiento Laboral de la Universitat de València. Tanto él como Álex López buscaban los servicios de asesoramiento laboral y formación que ofrece para «actualizar» sus respectivos currículos.
Un máster o al extranjero
Álex y David, como la casi totalidad de universitarios valencianos, se debaten entre «seguir estudiando más» o «marcharse al extranjero». Un máster sobre control de plagas será el siguiente destino, mientras confían en que el cambio político operado en casi toda España se traduzca en una mejora del mercado laboral. «Hay que pensar en positivo», bromea el conquense Buenache, que se expresa en un perfecto valenciano fruto de su formación en la Universitat de València. Después de haber repartido unos cien carteles, y comprobado el escaso éxito de su iniciativa, se plantean «pasear lo que sea». «Perros, hurones, lagartos o loros», lanzan con un punto de ironía.
La realidad es que si para un licenciado es complicado encontrar hoy un empleo, tampoco es que la «profesión» de cuidador/paseador de perro ande mejor. Los anuncios proliferan en la red, con precios que van desde los tres euros a los ocho y con servicios extra como adiestramiento, o atención veterinaria. Hay quien incluso ofrece la posibilidad de albergar a mascotas ajenas en casa en los períodos vacacionales, frente a las residencias caninas. «Sabemos que la competencia es dura, porque como nosotros hay miles de universitarios valencianos sin posibbilidad no ya de trabajar en lo suyo, sino de no hacerlo en otro tipo de empleo», reconoce Buenache, que pese al sombrío panorama no pierde la sonrisa en ningún momento de la entrevista. «Acabaremos marchándonos al extranjero cuando completemos nuestros estudios porque aquí es una utopía tratar de ejercer de biólogo pese a las múltiples posibilidades de esta licenciatura», comenta López. Lo cierto, es que ni la biología ni tampoco el «oficio» de cuidador de mascotas va a permitirles ganarse unos euros. «No nos llama nadie, la verdad es que es desalentador», admiten casi al mismo tiempo. De momento no se plantean ampliar el radio de acción, pero a este paso habrá que llenar de carteles otras zonas de la ciudad.
83.000 parados de entre 25 y 44 años con formación superior
Las cifras del primer trimestre de 2015 de la Encuesta de Población Activa hablan de 123.300 personas con Educación Superior sin empleo en la Comunitat Valenciana. Un total de 29.400 menos que en el mismo período de 2014. Los datos facilitados por Raúl Roselló Gregori, secretario de Ocupación, Formación y Cultura de UGT del País Valencià, reflejan una notable mejoría. Volviendo a los números de este inicio de 2015, en la franja de los 16 a los 24 años, se registran 6.800 parados, mientras que en la de 45 o más años, se contabilizan 33.500 desempleados. La cifra más preocupante se detecta en el tramo de los 25 a los 44 años, es decir la que arranca con los recién licenciados, pues sólo en el inicio de 2015 se contabilizan 83.000 parados. Aunque los porcentajes continúan elevados, se confirma un repunte respecto al cuarto trimestre de 2014, donde 136.000 personas con formación superior engrosaban las listas del paro frente a las 132.300 del tercer trimestre del mismo año. Los peores números son los del primer y segundo trimestre de 2014, con 142.700 y 138.800 valencianos con formación superior sin trabajo.
