Ya hace tiempo que busco en mi agenda un hueco para acudir al Centro de Transfusiones a donar sangre y por fin el viernes pasado lo conseguí. No era la primera vez pero de nuevo me quedé abrumada por el cariño y la amabilidad que recibí. Desde el chico que me atendió en la recepción y que volvió a confirmarme cuánto puede aportar a la sociedad una persona con discapacidad, hasta el médico y, por supuesto, las enfermeras y auxiliares que me atendieron.
Seguramente a algunos les cueste creerlo pero cuando llegué allí me encontré con la sorpresa de que ese mismo día comenzaba la campaña de donaciones del verano, lógico, los hospitales de la Comunitat Valenciana consumen alrededor de 700 unidades diarias de sangre, una demanda que apenas puede cubrirse. Llega el verano, las vacaciones, los desplazamientos por carretera y las actividades al aire libre. Todos somos conscientes de que estas circunstancias incrementan las exposiciones a riesgos y, desgraciadamente, a veces provocan accidentes que requieren un incremento de las necesidades de sangre y plasma pero hay otras situaciones cotidianas en los hospitales: intervenciones quirúrgicas rutinarias, quimioterapia o tratamientos realizados con hemoderivados que precisan de la solidaridad de los ciudadanos para poder llevarse a cabo.
Es difícil entender por qué no está la sociedad lo suficientemente concienciada de la necesidad de realizar donaciones de sangre. Un gesto sencillo e indoloro que puede salvar la vida de tres personas. Ya es impresionante conocer este dato pero tal información estremece más si pensamos que una de esas personas puede ser un amigo, un familiar cercano o nosotros mismos.
Una vez que una persona se acerca al Centro de Transfusiones de la avenida del Cid, repite, seguro. Lo primero porque te hacen sentirte como alguien especial. Porque el entusiasmo y la disponibilidad de los profesionales te atrapa y, además, te confirma que, a veces con poco esfuerzo, estás haciendo algo muy importante. Es una forma más de darse. Es una gran experiencia de solidaridad. No sabes a quién beneficiará pero sabes que de alguna manera alguien, en la distancia, en el anonimato, agradecerá tu generosidad.
Cuando el viernes salí de donar sangre cambié mis previsiones sobre el tema que trataría en este artículo. Y es que esto está por encima de todo. Por encima de la política local, nacional o europea. Hoy, lunes, cientos de personas en nuestra Comunitat requerirán sangre. Además aquí tenemos la gran suerte de recibir a miles de turistas con lo que la demanda aumenta. Por eso, hoy lunes os invito a quienes leáis este artículo a visitar la página web del Centro de Transfusiones y consultéis el lugar más próximo al que podéis ir a donar sangre. Basta con que peséis más de 50 kilos, gocéis de buena salud y tengáis entre 18 y 65 años. Y€ que no os pase como a mí, se me olvidó que se debe desayunar antes de ir.
A pesar de los avances de la ciencia, la sangre es todavía imposible de sintetizar por tanto su demanda solo puede cubrirse con donaciones voluntarias. Es un mínimo esfuerzo pero, además de vuestra satisfacción personal, a cambio recibiréis cariño y amabilidad que en los tiempos que corren no está nada mal€ Ah, bueno y aprovechando esta campaña de verano, una invitación para ir al cine€
¡Toda una experiencia!
