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La ciutat i el 9 d'Octubre

La ciutat i el 9 d'Octubre

Atrás he dejado el pequeño pueblo de pescadores que pasó de la arena al especulativo cemento, sin atenerse a ninguna estética? como un enorme bloque fuera de línea, casi rozando la escollera, cuyo terreno pertenecía a la Comandancia de Marina y un año, sin más, apareció? Las compuertas de la gola vigilan silenciosas el mar. En lo que en El Perelló llaman «pantá» alzaron un puente que distorsiona el paisaje, fue un proyecto de fin carrera de un ingeniero, hijo de un director general a quien, según dicen, el Ayuntamiento de Sueca debía un favor? Atrás he dejado el mar y las puestas de sol.

Cuando vuelvo a la ciudad camino como sonámbula? He observado las puertas de los antiguos palacios, cargados de historia que se han abierto a nuevos tiempos y ha sido bonito ver, las colas de mayores y niños, interesados por visitar sus Instituciones. Me ilusiona esta nueva visión del 9 d'Octubre, y las palabras del alcalde Joan Ribó que llama a la participación: «Ha de ser una celebración para todas las personas que viven, trabajan y aman Valencia. ?Invitaros a participar de todos los actos que hemos programado, y que nos hacen acercarnos a las raíces de nuestro pueblo? Desde la pluralidad, nos tenemos que mantener unidos y unidas para superar cualquier obstáculo? La unidad que define nuestra identidad como pueblo, y queremos demostrarlo este 9 d´Octubre en la Procesión Cívica de la Senyera, que recorrerá el centro de la ciudad».

Como pueblo, necesitamos que nos hagan cómplices de nuestras tradiciones: rendir honor a la Senyera en el hermoso salón de cristales del Ayuntamiento; escuchar el Cant de la Senyera del poeta y gramático valenciano Carles Salvador: «Crit i clamor/de l'amor/verdadera./Flamejant t'he vist al vent/i te porte dins del cor; /moure fas mon sentiment, /puix que ets feta amb sang i amb or?» Danzas, cantos, música y fuego que nos aproxima a nuestro sentir valenciano. Estoy expectante?. ¿Habremos sido capaces de ejercer la democracia que conlleva civismo y respeto hacia los demás?

Desgraciadamente, de nuevo, las dos Valencias? La de siempre, la que no acepta el rigor, ni respeta el sentir democrático de la mayoría. La que en esta ocasión, confunde tradiciones y no sabe o no quiere saber el significado del laicismo? Es muy libre de conmemorar con un Tedeum en la Catedral, la entrada triunfal de Jaime I en la ciudad, el sábado 9 de octubre de 1238, fecha transcendental para nuestra historia, que quedó disgregada del mundo islámico y definitivamente incorporada a la civilización de la Europa occidental. Pero que no utilice una «replique» de la Senyera, como signo de posesión y? desavenencia, que se sume a la conmemoración oficial, a la fiesta de todos los valencianos. Sería, tal vez, necesario recordar las dotes negociadoras del Conqueridor. Valencia es un pueblo festivo que sabe celebrar su pasado: piuletes i tronadors; pasteles de mazapán y la mocadorà del día de los enamorados.

Dejemos a un lado a San Valentín, celebremos Sant Dionís? Y retemos al futuro.Ya sé, los tiempos cambiarán mi artículo y será, hoy, 10 de octubre en el que todo habrá pasado ya. Atrás he dejado el mar y las puestas de sol. ¿Es la vida un tanto surrealista?

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